Washington. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, va a anunciar hoy un nuevo impuesto para las personas que ganen más de un millón de dólares al año (unos 725.000 euros), según adelantó ayer The New York Times. La intención de la Casa Blanca es que los ricos paguen al menos el mismo porcentaje de impuesto que las familias de clase media. La iniciativa de Obama tiene el rechazo de los republicanos que entienden que una medida así desalentaría la inversión, y que, como son mayoría en el Senado, tiene pocos visos de prosperar. Sin embargo, sí puede ser una baza electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2012.
La medida está incluida en el plan para reducir el déficit que Obama planteará hoy al Congreso. No es exactamente un nuevo impuesto, sino un aumento del tipo impositivo -el porcentaje de los ingresos de una persona que se lleva el fisco-.
El impuesto está pensado para asegurar que los millonarios paguen, al menos, el mismo porcentaje de sus ganancias que los contribuyentes de clase media, según la edición digital del diario, citando a altos funcionarios del Gobierno estadounidense.
La propuesta se llamará La regla Buffett, por el multimillonario Warren E. Buffett, que ha denunciado que los estadounidenses más ricos pagan, generalmente, una proporción menor de sus ingresos en impuestos federales que los que se instalan en la clase media, dado que los beneficios de inversiones se gravan a una tasa menor que los salarios.
PRESIÓN POLÍTICA El plan de déficit del presidente de EEUU llegará al tiempo que comienza el trabajo del comité especial creado en el Congreso para solucionar la crisis de la deuda a principios de agosto, cuando se encargó a ese nuevo órgano el recorte de entre 1,2 y 1,5 billones de dólares. Esta iniciativa servirá como un instrumento de presión política para lograr que los republicanos accedan a imponer nuevos impuestos a las mayores fortunas del país.
El acuerdo que solucionó la crisis para elevar el techo de la deuda en agosto incluía una cláusula que, en caso de no existir un acuerdo a fin de año entre republicanos y demócratas sobre dónde efectuar los recortes de déficit, elevará los impuestos a los altos ingresos. En la práctica, el mecanismo consistiría en no prorrogar los recortes de impuestos a los ricos que aprobó George W. Bush y que caducan en enero de 2012, lo que sumaría alrededor de un billón de dólares a la reducción del déficit.