Vitoria. Ni árabes, ni chinos. El milagro inversor que la escudería Epsilon necesitaba para garantizar su supervivencia finalmente no llegó y los 50 millones necesarios para salir a flote han provocado lo inevitable. El Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Vitoria aceptó ayer la solicitud voluntaria del concurso de acreedores presentada por la empresa, poniendo fin a una etapa de incertidumbre que arrancó el pasado 8 de marzo, cuando su máximo responsable, Joan Villadelprat, solicitó un preconcurso de acreedores para tratar de refinanciar su abultada deuda con la Caja Vital y la Kutxa, de 16 millones de euros. Aquella maniobra legal para ganar tiempo, eso sí, tenía fecha de caducidad, cuatro meses. Expirado este plazo sin éxito, como así ha ocurrido, Epsilon sería embargada. "Era el cauce lógico tal y como se han desarrollado los acontecimientos en los últimos meses", señalaba ayer a este periódico un portavoz del departamento de Industria.
Dos meses para el informe A partir de ahora, el proceso que comienza será similar al que se aplica sobre compañías que atraviesan graves problemas económicos. El Juzgado de lo Mercantil ha nombrado ya a dos administradores concursales -Federico Saracibar y Juan Angel Benito- y ha ofrecido la posibilidad al Parque Tecnológico de Álava de formar parte de ese sanedrín designando un técnico con marcado perfil económico. Dispone de cinco días hábiles para hacerlo. Este grupo dispondrá de dos meses prorrogables para elaborar un informe de situación que posteriormente remitirá al Juzgado.
Según el auto echo público ayer, Epsilon justifica su quiebra alegando encontrarse en una situación de insolvencia que le impide en estos momentos cumplir con sus obligaciones regularmente, "ya que el vencimiento de los préstamos con las dos cajas ha coincidido con la crisis del sector y con la disminución de la principal fuente de ingresos que venía dada del motosport".
La presentación voluntaria del concurso permitirá al actual presidente mantener el estatus de administrador único de la sociedad, aunque su facultad será casi testimonial dado que no podrá tomar ninguna decisión sin el permiso expreso de los administradores concursales. Respecto al papel de los acreedores, la juez ha dado un mes de plazo (desde el día siguiente a la publicación del auto en el BOE) para que comuniquen la existencia de sus respectivos créditos. La flamante firma automovilística se instaló por todo lo alto en el Parque Tecnológico de Álava en 2007, tras una inversión inicial de 30 millones. La novedad del momento y sobre todo el desarrollo de su espectacular sede pronto convirtieron a esta firma en la "joya de la corona" de Miñano. Pero nada más lejos de la realidad. Mientras su exterior brillaba con luz propia, la hemorragia interna no cesaba. De forma imparable, los gastos devoraban a los ingresos. Hasta que la aparición de los primeros apremios por impago sacaron a la luz la funesta gestión de su impulsor, un excelente y reputado profesional del motor, pero un mal gestor.
50 millones en ayudas En la anterior legislatura, sin ir más lejos, la compañía tuvo que recibir 50 millones de euros en ayudas institucionales, además del apoyo del PTA, para solicitar varios créditos. La legalidad de las garantías concedidas por éste para que Epsilon pudiera recibirlos fue objeto de investigación el pasado mes de abril por parte del consejero de Industria, Bernabé Unda, que criticó la "mala gestión" que permitió esta "dudosa operación". Los informes jurídicos y económicos elaborados por su departamento concluyeron "que pudo haber irregularidades a la hora de tramitar la garantía del Parque a los créditos concedidos".