vitoria. Euskadi sigue destruyendo empleos a una velocidad de vértigo. El número de afiliados a la Seguridad Social registró el mes pasado su nivel mínimo en la CAV desde el inicio de la crisis con 916.755 cotizantes de media tras perder en solo un mes algo más de 13.000 trabajadores.
Para encontrar una cifra tan baja hay que remontarse a agosto de 2005, cuando al calor del boom inmobiliario los afiliados crecían mes a mes en todos los sectores hasta llegar a rozar el millón de cotizantes a mediados de 2008. A partir de entonces se inició una lenta caída con altibajos hasta estabilizarse en torno a las 930.000 personas en alta en el sistema. Nada que ver con la cifra actual. El dato es malo sin ningún resquicio. En las estadísticas del paro están incluidos jóvenes que se inscriben mientras estudian e incluso trabajadores de la economía sumergida, pero en la Seguridad Social solo están registradas las personas que trabajan. Y durante los ocho primeros meses de este año han dejado de cotizar 16.702 personas. Esa realidad sin contestación relativiza otro dato hecho público ayer por el Servicio Público de Empleo. El paro volvió a subir en agosto en la CAV después de encadenar cuatro meses buenos, pero subió solo en algo más de 630 desempleados, un 0,45%. Un porcentaje que llevó al viceconsejero vasco de Empleo, Javier Ruiz, a mostrar cierto optimismo -"es el mejor agosto de los últimos diez años"- y diseccionar el dato buscando tímidas luces en colectivos desfavorecidos, como los mayores de 45 años y las mujeres, ambos con bajadas del paro cercanas al 0,3%.
valoración del gobierno Aún así, la cifra de personas sin empleo se ha instalado en torno a las 140.000, el doble que antes de la crisis. Ruiz no obvió ese "preocupante" dato, pero sí el récord negativo que acaba de registrar la afiliación a la Seguridad Social.
El viceconsejero consideró en un comunicado "normal" el descenso de cotizantes más acusado de este año (-13.068) al tratarse de una tónica habitual en agosto. Para ilustrarlo se refirió a los datos de 2007 y 2008, cuando el PSE todavía no había llegado a Ajuria Enea y se registraron retrocesos de en torno a las 14.620 personas en la afiliación.
No hizo en cambio ninguna valoración de la cifra mínima de cotizantes que ha dejado la erosión del mes pasado. Tampoco analizó la evolución de los agostos en los que el Patxi López ha sido lehendakari, donde la tendencia a crecido constantemente y se ha disparado justo en el momento en el que el Gobierno Vasco ha asumido la transferencia de Lanbide. Lo cierto es que la afiliación a la Seguridad Social toca su zona de mínimos en la CAV en el momento en el que hay más instrumentos para luchar contra el paro y se esperaba que se iniciara la recuperación de la economía.
La complejidad de la situación es tal que es posible que el número de cotizantes continúe cayendo los próximos meses, sobre todo en septiembre, un periodo en el que concluyen los contratos temporales del verano.
Además, durante los últimos meses ha sido tónica generalizada un peor comportamiento del mercado laboral vasco que el del Estado. De hecho, la afiliación estatal tocó su fondo el pasado mes de enero con 17.392.754 inscritas en la Seguridad Social pero ha logrado remontar para superar los 17.637.300 cotizantes en julio. La caída de agosto también ha sido fuerte en términos absolutos (-136.834) pero la mitad en porcentaje (-0,7%) que la CAV. Son datos que señalan tendencias y en este momento la más negativa es la vasca.
El número de parados inscritos en Lanbide refuerzan esa trayectoria. Más de 11.400 personas se han sumado a las listas de la CAV en los últimos doce meses, lo que supone un crecimiento del 8,9%, más del doble que el registrado en el conjunto del Estado.
temporalidad El único sector vasco que mejoró resultados fue el colectivo sin empleo anterior, en su mayoría jóvenes que buscan su primer trabajo. Las personas que por lo general son presa fácil de la temporalidad. En el conjunto del Estado más de 51.000 personas se han quedado sin empleo en agosto, la mayoría de ellos (37.707) ligados al sector servicios. La construcción y la industria perdieron en torno a diez mil trabajadores.
La radiografía del mercado laboral se completa con la consolidación de los contratos temporales como principal herramienta de inserción laboral. El escaso empleo que se crea tiene fecha de caducidad. Así en agosto se firmaron 1.061.303 contratos en el Estado, lo que supone 51.087 más que en el mismo mes de 2010 pero solo 66.118 fueron indefinidos. Casi el 94% de los contratos fueron temporales. En los ocho primeros del año el número de empleos indefinidos ha bajado un 3,5% respecto a 2010.