VITORIA. La calma regresa a los mercados después de la tormenta de la semana pasada. Las principales Bolsas asiáticas cerraron ayer en verde al conocerse que la economía japonesa no se ha visto tan afectada por el tsunami de marzo como se esperaba, lo que a su vez contagió de optimismo a las plazas europeas. Así, el Ibex-35, a pesar de coquetear con los números rojos a media sesión, completó una jornada sin grandes vaivenes y acabó con unas ganancias del 0,7%. Un resultado parecido obtuvieron Londres, Paris y Francfort, mientras que Wall Street también abrió al alza.

El inicio de semana prolonga de esta manera los buenos resultados cosechados por los inversores el pasado jueves y viernes, días en los que las autoridades bursátiles europeas declararon la guerra a la especulación poniendo freno a las operaciones a corto. Dicha restricción contribuyó a cortar la mala racha registrada hasta el miércoles e impulsó hacia arriba a los mercados, una linea ascendente que, aunque de manera más moderada, mantuvo su trayectoria ayer. Si el Ibex abrió en torno a los 8.650 puntos, terminó la jornada por encima de los 8.700.

Banco Popular se anotó la mayor subida del día, con un 5%, seguido de Banco Sabadell, que subió un 4,62%. En el sector financiero, también destacó Bankinter, con un avance del 2%, mientras que BBVA ganó un 1,15% y Santander, un 1,03%. Entre los grandes valores, Telefónica cerró con un repunte del 0,84% e Iberdrola, con un 0,42%.

subidas en europa A esta subida de la Bolsa de Madrid se sumaron ayer los buenos resultados de las principales plazas europeas. Paris se apuntó un 0,78%, mientras que Londres avanzó un 0,56% y Francfort un 0,4%. En estas ganancias generalizadas tuvo mucho que ver el anuncio por parte del gobierno japonés de que el Producto Interior Bruto nipón se contrajo un 1,3% en el segundo trimestre con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, un recorte inferior al esperado teniendo en cuenta la magnitud del terremoto y del tsunami de marzo y las importantes pérdidas generadas sobre la economía. Aunque se trata del tercer recorte consecutivo de crecimiento económico de Japón, las cifras son esperanzadoras ya que en términos intertrimestrales el PIB nipón se contrajo solo un 0,3% entre abril y junio.

Los inversores asiáticos fueron los primeros en advertir las connotaciones positivas del dato del PIB nipón y se mantuvieron en verde durante toda la sesión. El Nikkei se apuntó un beneficio del 1,37%.

Las buenas sensaciones se trasladaron no solo a las plazas europeas, sino también a Wall Street, que se mantenía con un repunte en torno al 1% a media sesión.

Parece que el optimismo se instala de nuevo entre los inversores bursátiles después de un mes de agosto muy negativo. Las tres jornadas consecutivas en verde, no obstante, no confirman que este color permanezca en el parqué durante mucho tiempo, ya que las ganancias registradas en estos tres días han tenido un volumen muy reducido comparado con las pérdidas de las dos semanas anteriores. En lo que respecta al Ibex-35, que no hace tanto tiempo se situaba por encima de los 10.000 puntos y se encuentra ahora muy por debajo de esta cifra, algunos expertos apuntan a que debería situarse entre los 8.800 y los 8.900 enteros para tener garantizado un periodo de estabilidad. Por ello, y a pesar de haber ganado más de 700 puntos en tres sesiones, aún no pueden descartarse próximas turbulencias.

22.000 millones en bonos En lo que respecta al mercado secundario, la prima de riesgo española cerró ayer sin apenas cambios al terminar la jornada en 269 puntos básicos, apenas ocho por encima de la cifra en que comenzó la sesión. El riesgo país permanece por tanto relajado después de la intervención del Banco Central Europeo (BCE) la semana pasada, en la que, según anunció ayer el organismo que preside Jean Claude Trichet, adquirió un total de 22.000 millones de euros en deuda soberana, especialmente de España e Italia, para garantizar la estabilidad en la eurozona. Así, el BCE posee ya 96.000 millones en deuda de países europeos. Hasta la semana pasada, el organismo regulador llevaba casi cinco meses sin comprar deuda pública. La operación de compra por valor de 22.000 millones supone, además, la mayor cantidad semanal que ha gastado el BCE desde que comenzó el programa de compra de bonos en 2010, lo que da una idea de la delicada situación por la que han atravesado las finanzas de España e Italia durante las turbulencias de la semana pasada, en las que sus respectivas primas de riesgo se dispararon. Aunque la medida no gustó entre algunos socios europeos como Alemania, la intervención del BCE permitió reducir el interés de los bonos de deuda y la prima de ambos países se relajó hasta bajar de los 300 puntos, niveles en los que se mantuvieron ayer.