bilbao. En la guerra son los que pierden los que piden tregua y eso fue precisamente lo que lograron ayer las bolsas, convertidas los últimos días en la diana a la que los inversores disparan sus temores sobre una recaída de las economías de los países. Las órdenes de compra se impusieron en los parqués de todo el mundo después del severo correctivo del miércoles para cerrar una de las mejores sesiones bursátiles del año.

Volvieron las sonrisas a los mercados de renta variable sin que se hayan disipado del todo -casi ni en parte- las dudas. El anuncio de una cumbre franco-alemana el próximo martes en París, con Nicolas Sarkozy y Angela Merkel al frente, corroboró la incertidumbre que se cierne sobre la economía francesa. También que Europa trabaja de forma conjunta para solucionar los problemas actuales y evitar los futuros, sobre todo un contagio generalizado de la crisis de deuda.

Confluyeron en la sesión los precios atractivos de muchos valores tras varias jornadas de castigo y la volatilidad que se ha instalado en las bolsas, que impulsa los índices en una u otra dirección alimentada por noticias y rumores con alarmante facilidad.

La evolución mejor de lo previsto del mercado laboral de Estados Unidos inyectó optimismo en Wall Street y su apertura positiva permitió a Europa corregir un rumbo que hasta entonces conducía a otro desastre. Los números se tiñeron de verde, aunque la sombra seguirá siendo roja hasta que se encadenen varias sesiones en positivo.

El riesgo sigue latente en cualquier caso. No cabe hablar todavía de una batalla ganada, porque el oxígeno que entró ayer en los pulmones con la tregua puede desvanecerse al más mínimo golpe.

La botella se llena y se vacía con gran rapidez como demuestra el rally que se vivió ayer en el Ibex, que osciló 570 puntos durante la sesión para cerrar con su mayor subida desde el 12 de enero, un 3,5% largo hasta los 8.249, 4 puntos.

La publicación de resultados de empresas tecnológicas de EE.UU. impulsó las compras en el arranque de la sesión bursátil, pero el pánico no olvidó su cita diaria con los parqués y la tendencia cambió de forma abrupta a media mañana. La banca y las dudas sobre Francia llamaron a la puerta y los inversores les dejaron pasar provocando caídas superiores al 2% en toda Europa. El desplome de París rozó el 4%.

mensajes de aliento Los mercados devoran los mensajes positivos con los que las autoridades intentan calmar los ánimos y los interpretan a su manera, de la forma más negativa posible casi siempre. Tanto el Banco Central de Francia como la Unión Europea restaron credibilidad a los rumores que apuntan a una gran debilidad del gigante francés y defendieron la solvencia de su sistema financiero, pero a oídos de los inversores los acordes sonaron a música de fondo estéril.

Tampoco ayudó el Banco Central Europeo con un informe realizado con la opinión de analistas que señala que la Eurozona crecerá este año más de lo previsto, pero que apunta al mismo tiempo que las economías de la moneda única se desacelerarán en el segundo semestre. Todo cambió con la apertura de Nueva York, siempre referencia para bien o para mal. Afortunadamente, ayer tocó la de cal, y todas las miradas estarán puestas de nuevo hoy en el Down Jones en la última jornada de la semana.

Donde la situación se intuye ya bajo control es el mercado secundario de deuda. Los recientes sobresaltos de las primas de riesgo de España e Italia han dejado paso a un escenario menos peligroso. La cota de los cuatrocientos lejos se aleja tras recortarse el riesgo país de España de nuevo y situarse en los 269 puntos, un nivel más acorde con la salud de la solvencia del Estado.

Esa tendencia no evitó que una empresa del prestigio de Telefónica recibiera la comunicación de la rebaja en un escalón de su ráting precisamente por los desafíos a los que se enfrenta en el mercado doméstico español. Paradójicamente, la acción del operador de telecomunicaciones se revalorizó un 3% en bolsa.

En mayor o menor medida, todos los estados del euro continúan mientras tanto ajustándose el cinturón para controlar el déficit. En Italia ya se habla de recortes y medidas que pueden traducirse en destrucción de empleo y que afectarían a la propia clase política. Francia ultima un presupuesto de 2012 muy restrictivo y España celebrará este mes dos consejos de ministros extraordinarios para aligerar el gasto. Todos esos esfuerzos persiguen blindar el euro.

Del mismo modo se buscan mecanismos que permitan a los países atar lo más en corto posible a los especuladores. De hecho, los organismos reguladores de toda la zona euro celebraron ayer una conferencia telefónica para analizar la situación de los mercados y coincidieron en intensificar la vigilancia sobre sus respectivos mercados, informaron a Efe fuentes de la Autoridad Europea de Valores y Mercados.

Durante la conversación se analizó asimismo la posibilidad de reducir las ventas a corto plazo al descubierto en el mercado, las operaciones en las que el vendedor no tiene todavía las acciones pero se compromete a entregarlo en el futuro y que es práctica común de los especuladores que tiene en jaque al euro.