Madrid. La canciller alemana, Angela Merkel, descartó ayer que en la cumbre extraordinaria de líderes de la zona del euro prevista para mañana se vaya a conseguir un resultado "espectacular" que acabe de una vez con los problemas de la deuda griega. La jefa del Gobierno germano aseguró en una rueda de prensa conjunta con el presidente ruso, Dimtri Medvédev, que "ni mañana (por hoy) ni el jueves" se va a poder dar un "paso espectacular" para resolver la cuestión del endeudamiento heleno, ya que el tema "es muy complejo".

La canciller insistió en que la solución debe alcanzarse con múltiples medidas que reduzcan la deuda del país y mejoren la competitividad de su economía. "Quien se toma en serio sus responsabilidades políticas" debe evitar los golpes de efecto, a pesar de que sea "humano" pretender que ciertos problemas recurrentes "desaparezcan" definitivamente de la agenda.

Y la postura de Merkel se mantiene pese a que el FMI advirtió ayer de que la crisis de deuda soberana de la zona euro amenaza no solo a Europa sino a la recuperación global, por lo que pidió esfuerzos más "sistemáticos" para restaurar la confianza en los mercados.

Opciones En realidad, de cara a mañana, se está hablando de tres fórmulas diferentes, todas cumpliendo la premisa germana de involucrar al sector privado en el segundo plan de rescate de Grecia: la recompra de deuda helena, la creación de un nuevo impuesto a la banca y el plan de refinanciación propuesto por Francia.

El documento con las tres alternativas está fechado el pasado 16 de julio y las opciones, mostradas en una tabla, examinan la interactuación de distintos factores en el segundo rescate de Grecia, como la nota de solvencia, el recurso necesario a los fondos de rescate (EFSF) y si sería necesario rebajar los intereses exigidos o ampliar los vencimientos, en función del grado de participación privada.

En concreto, la primera opción contempla la recompra de deuda pública griega y una mejora de las condiciones del crédito del sector público, lo que implicaría probablemente la rebaja del rating de Grecia hasta el impago. El coste de esta primera opción supondría el importe en sí del rescate más el de las medidas para mejorar el acceso al crédito de Grecia, restando la aportación del sector privado.

La segunda opción tomaba como punto de partida la solución propuesta por los bancos franceses para asumir un rollover (ampliación) de la deuda griega sin incluir una mejora en las condiciones del crédito, que probablemente implicaría una rebaja de rating hasta 'impago selectivo' y que elevaría el coste para el EFSF al importe del rescate, más la recapitalización de los bancos griegos, menos la aportación del sector privado. Esta segunda opción podría requerir también unos menores intereses y vencimientos más amplios.

La tercera opción se sustentaría en un impuesto al sector financiero, o en algún tipo de acuerdo descentralizado con la banca, especialmente con las entidades griegas con grandes carteras de deuda, lo que probablemente serviría para eludir el default. Sin embargo, esta fórmula requeriría menores tasas de interés en los préstamos, así como una ampliación de los vencimientos.