madrid. En medio del recrudecimiento de la crisis de la deuda soberana, la Autoridad Bancaria Europea (ABE) da a conocer hoy los resultados de las pruebas de solvencia con las que se mide la capacidad de las entidades financieras de hacer frente a escenarios adversos. En esta tercera ronda de pruebas que lleva a cabo la ABE se han examinado 90 entidades de 21 países europeos (representan un 65% de los activos financieros de la zona), de las cuales casi un 27% son españolas: 7 bancos, 10 fusiones o alianzas de cajas y 8 cajas independientes. Tras España, el siguiente país es Alemania (12 entidades) y Grecia (seis).
El objetivo de los llamados test de estrés, ideados para inyectar confianza tras el descalabro del sistema financiero en el 2008, es evaluar la capacidad de bancos y cajas para afrontar situaciones desfavorables que reflejen el aumento de las primas de riesgo vinculadas al deterioro de los mercados de bonos del tesoro. Suspenderán las entidades con un ratio menor al 5% de core capital (capital básico), que es la proporción entre recursos propios de mayor calidad y activos ponderados por riesgo con los que se quedaría una entidad al final de 2012 en caso de escenario adverso. En esta ocasión, las exigencias de capital para superar las pruebas de solvencia son mayores que el año pasado, porque no se incluyen obligaciones convertibles ni participaciones preferentes con fecha de vencimiento después del 2012.
Sin embargo, se tendrán en cuenta las medidas de fortalecimiento anunciadas por las entidades hasta el 30 de abril, como operaciones de captación de fondos (ampliaciones de capital o emisión de bonos convertibles), y los fondos estatales recibidos o comprometidos para cumplir con los nuevos requisitos de capital. Lo que no se computará para estas pruebas, a diferencia del año pasado y para perjuicio de las instituciones españolas, son las provisiones genéricas o reservas de capital acumuladas por las entidades durante la época de bonanza.
En el caso de España, las pruebas son más exigentes que en otros países y simulan una caída de la economía del 1% en 2011 y del 1,1% y un aumento del paro del 21,3 % este año y del 22,4 % el siguiente.