madrid. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, abogó ayer por aplicar un gravamen fiscal mayor a los grandes sueldos, como los de los principales ejecutivos de la banca, a partir de un nivel que se considere máximo. Según explicó en una entrevista en Telecinco, algunos salarios deberían tener una imposición de tipos fiscales "especialmente aumentados". Gómez argumentó que el Estado podría pensar en introducir esos gravámenes especiales para las "muy altas retribuciones", como sucede en otros países. Sin embargo, preguntado por la fiscalidad de las sicav, las sociedades de inversión utilizadas principalmente por las grandes fortunas para tributar al 1% en vez de al 25%, el ministro defendió su baja tributación porque se aplica sobre el ahorro.

La diferencia, para el ministro de Trabajo, es que "en el caso de los sueldos, la retención se aplica sobre los salarios y los directivos no pueden huir a otros países, mientras que sí huyen los ahorros buscando tipo fiscal mas bajo".

argumentos El ministro reconoció que las empresas fijan sus salarios libremente, y el Estado no puede entrar en la retribución de los empleados o directivos del sector privado; sin embargo, criticó que exista tanta brecha salarial en una misma compañía. Y es que, según recordó Gómez, "hay diferencias salariales que hacen que en ocasiones lo que reciben los directivos mejor pagados sea 1.000 veces más que lo que cobran los trabajadores que están al final de la escala".

Por eso, en su opinión, el modelo retributivo que se ha ido imponiendo en los últimos 20 años "no tiene ningún futuro" porque "no es posible fidelizar a la gente a base de mantener esas diferencias salariales", que son "lacerantes" y más en época de crisis, cuando "a la gente se le pide sacrificio".

El ministro de Trabajo tachó recientemente de "excesivas" los 10 millones de euros que pueden llegar a cobrar los tres primeros ejecutivos de Bankia sumando sus retribuciones fijas y variables.