SEÚL. El acuerdo abre una nueva era para los intercambios entre el primer bloque económico del mundo y el cuarto país más rico de Asia, con un mercado de casi 50 millones de personas que podrán adquirir productos europeos a mejores precios.
Entre los primeros bienes que estarán exentos del pago de aranceles desde hoy están los componentes de automoción, la maquinaria industrial, los instrumentos de precisión o los vinos.
Se espera que el acuerdo, que Bruselas ha reiterado ofrece grandes oportunidades para ambos bandos, aumente el comercio bilateral entre un 20 y un 40 por ciento sobre el nivel actual.
Tras dos años y medio de negociaciones, cerradas en octubre del año pasado, y algún contratiempo durante sendos procesos de ratificación en el Parlamentos europeo (febrero) y en la Asamblea Nacional surcoreana (mayo), el pacto comercial ha echado a andar en los plazos previstos.
Ahora, por ejemplo, los caldos españoles podrán competir en igualdad con los de Chile (país que tiene un TLC con Corea del Sur desde 2004) y abaratar unos precios que hacen que un Rioja Crianza que en España no llega a los cinco euros se venda en Seúl por más de 30 euros.
Bruselas considera que este TLC es "el más ambicioso jamás negociado por la UE", ya que además de contemplar la eliminación del 98,7 por ciento de los aranceles al comercio bilateral en cinco años abarca la liberalización en servicios y asuntos clave como la supresión de barreras no arancelarias.
Para Corea del Sur facilitará el acceso a un mercado de 27 países y unos 500 millones de habitantes, y repercutirá positivamente en la competitividad de sus productos estrellas: automoción, electrónica y telefonía móvil.
Para evitar desequilibrios, el TLC contempla una eliminación progresiva de aranceles y se guarda bajo la manga medidas temporales de salvaguarda a la que podrán recurrir ambas partes para evitar una avalancha de productos, en sus respectivos mercados, que perjudique a los productores locales.
Corea del Sur puede exportar desde hoy a la UE sin aranceles componentes de automoción, teléfonos móviles y neveras, mientras tendrá que esperar unos tres años para que las exenciones se apliquen a automóviles grandes y medianos, y hasta cinco años para exportar libre de cargas automóviles compactos, cámaras o televisores.
El país asiático mantendrá temporalmente los aranceles sobre todo a productos agroalimentarios, por el temor a que su sector primario se vea seriamente afectado por la entrada de competidores europeos.
Esto hará que, por ejemplo, la carne de cerdo tenga que esperar entre 5 y 10 años para no tener que pagar gravámenes y que en el caso de los quesos estos plazos vayan de los 3 a los 10 años.
No obstante, las grandes superficies comerciales como E-mart ya ofrecen descuentos y planean aumentar la presencia de la gastronomía europea en sus repisas, así como de otros productos no agroalimentarios.
Corea del Sur vende dentro de las fronteras comunitarias el 20 por ciento de sus exportaciones anuales, por lo que la Unión Europea se ha convertido en su segundo socio comercial tras China, mientras la presencia de bienes europeos en el país asiático es cada vez mayor.
La Asociación Surcoreana de Importadores de Automóviles (KAIDA) ya ha registrado en los últimos meses un aumento de las ventas de vehículos europeos, algo que debería aumentar con la reducción de los aranceles de bienes industriales europeos en menos de cinco años.
En la actualidad ocho de cada diez automóviles de Corea del Sur son de marcas locales, lo que tiene visos de cambiar poco a poco con la entrada en vigor de este TLC, el de mayor entidad para Seúl.
El comercio bilateral entre ambas economías aumentó en 2010 un 17 por ciento anual, con unas exportaciones de la UE a Corea del Sur de 28.000 millones de euros, y unas importaciones desde el país asiático por valor de 38.700 millones de euros.