Atenas. El Parlamento griego empezó ayer el debate sobre las nuevas medidas de austeridad con la incertidumbre sobre si el Gobierno socialista logrará que la Asamblea las apruebe ante las deserciones en sus filas y la creciente presión social. Dos diputados socialistas expresaron su intención de votar en contra de la propuesta de su Gobierno por discrepar de la privatización del 17% de la empresa nacional de electricidad, lo que debilita la corta mayoría parlamentaria de cinco escaños que tiene el partido socialista para sostener al Ejecutivo.
El primer ministro, Yorgos Papandreu, y su ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, están inmersos a estas horas en continuas consultas para convencer a los disidentes de su grupo de la necesidad de aprobar las nuevas medidas, por duras que sean. De ello depende la entrega del quinto tramo de ayuda externa, cifrado en 12.000 millones de euros, para pagar sueldos y pensiones en julio. El mensaje del Ejecutivo es que sin ese dinero, Grecia no podrá afrontar sus pagos y se convertiría en el primer país de la Eurozona que suspende pagos, lo que puede generar un efecto dominó que arrastre a la banca europea y acabe golpeando a otros países.
La aritmética parlamentaria En total el Movimiento Socialista Panhelénico cuenta con 155 diputados dispuestos a apoyar las medidas (son 300 aforados en la Cámara), después de haber tenido ya tres deserciones, aunque dos diputados fueron sustituidos y no se perdieron sus acta. De cumplirse las últimas amenazas de los dos legisladores, los socialistas se quedarían en 153 votos, cuando el mínimo para sacar adelante la votación son 151 apoyos. Ante esta situación el nuevo ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos volvió a tender la mano a la oposición en busca de apoyo: "Voten con nosotros con la mayor unidad posible", pidió en la Cámara, sin que hasta ahora sus llamadas hayan variado la posición contra los recortes de las formaciones de la oposición.
El ministro de Defensa griego, Panos Beglitis, declaró a la prensa que "pese a todos los problemas, estoy seguro de que los diputados socialistas cumplirán con su deber nacional". "Es la última oportunidad para Grecia. En caso contrario, el día después será peor que las medidas, que reconozco que son severas y difíciles", agregó Beglitis.
El portavoz del Gobierno Ilias Mósialos anunció por su parte que el calendario de privatizaciones estará listo "en los próximos meses", y que los 50.000 millones de euros que espera ingresar el país servirá para reducir la deuda pública de más de 350.000 millones de euros, que supone el 153% del PIB. Añadió que "primero hay que crear un fondo que estudiará y gestionará las privatizaciones", que según el ministro de finanzas, contará con observadores europeos.
El calendario Durante los días de debate en el Parlamento en Atenas, hasta la votación mañana del programa y el jueves del proyecto de ley que lo acompaña, los descontentos han anunciado que harán una cadena humana entorno a la Cámara en protesta contra los políticos. Esas protestas coincidirán con las 48 horas de huelga general convocada por los sindicatos mayoritarios para hoy y mañana, en la que se prevé que la actividad económica y los servicios del país queden paralizados. El plan se votará en dos sesiones diferentes.