Bruselas. La cumbre de la Unión Europea concluyó ayer en Bruselas certificando el apoyo comunitario a Grecia, con un nuevo plan de rescate que traiga la tranquilidad al euro a cambio del compromiso de la clase política helena, para que los nuevos ajustes exigidos por Bruselas se lleven a cabo. Los jefes de Estado y Gobierno comunitarios señalaron en este Consejo Europeo su confianza en los compromisos del primer ministro griego, Yorgos Papandréu, de que las reformas serán aprobadas por el Parlamento de Atenas, lo que sentará las bases para lograr "de una vez" la estabilidad en la zona euro.
La factura alcanzará los 110.000 millones de euros en un segundo rescate en el que participarán las entidades bancarias a nivel voluntario, aunque esto no se detalló en la cita concluida ayer. Lo que se decidió es forzar al Legislativo griego a que respalde el nuevo plan de recortes y privatizaciones por 28.000 millones de euros, a cambio de desbloquear el quinto tramo de la ayuda ya asignada a Grecia (12.000 millones). La fecha clave será el martes y miércoles próximos cuando el tema se debata en el parlamento heleno. La llave la tiene un presionado Antonis Samaras, líder del opositor Nueva Democracia (conservadores), a quien los 27 exigen que respalde el plan de su contrincante, el socialista Papandréu.
seguridad El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, confió en el resultado positivo de esa votación parlamentaria, pero urgió a que los ajustes se apliquen lo antes posible. "Es evidente que hay que verificar que el texto que apruebe el Parlamento griego tenga una aplicación inmediata en la realidad", dijo el primer ministro luxemburgués, quien insistió en que "una cosa es aprobar una ley y otra cosa es aplicarla".
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel se mostró "bastante optimista" acerca del resultado de la votación parlamentaria pero, mirando a Samaras, pidió que la oposición conservadora griega se una al apoyo a esas medidas. "Cuanto más consenso, mejor para Grecia, mejor para el euro", afirmó Merkel.
El mensaje de la UE al conjunto de la clase política griega es que si el país hace su parte, los socios comunitarios harán la suya. En primer lugar, el voto favorable permitiría que la zona euro y el Fondo Monetario Internacional desbloqueen los 12.000 millones del quinto tramo del primer programa de rescate (la Eurozona lo acordaría el 3 de julio y el FMI cuatro días después). Pero, además, el apoyo parlamentario otorgaría la confianza necesaria sobre la determinación de Grecia de continuar la consolidación fiscal a medio plazo, que es requerida por las instituciones internacionales para sellar el segundo programa (cifrado en otros 110.000 millones de euros), cuya gran novedad será la participación voluntaria del sector privado (bancos, aseguradoras y fondos de inversión).