bruselas. Alemania, Austria, Finlandia y Países Bajos insistieron este martes en que sólo apoyarán un segundo rescate para Grecia si también participan los bancos privados, aportando entre el 20 y el 30% del importe total, para evitar que todo el coste recaiga sobre los contribuyentes. Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) volvió a avisar de que una reestructuración suave de la deuda griega tendrá más costes que beneficios y pidió que cualquier participación de los bancos privados sea voluntaria. España y Bélgica reclamaron que se atiendan las preocupaciones del BCE.

"El Gobierno alemán está dispuesto a participar en medidas adicionales" de apoyo a Grecia, dijo el ministro de Finanzas, Wolfgang Schaüble, a la entrada de la reunión extraordinaria del Eurogrupo sobre la crisis griega. "Por supuesto, la participación del sector privado es un elemento de un programa adicional", insistió.

Por su parte el ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager, precisó ante su Parlamento que los inversores privados deberán contribuir en al menos el 20% o el 30% al nuevo préstamo, cuyo importe se situará entre los 80.000 y los 90.000 millones de euros. "No es justo que los beneficios vayan a los bancos mientras que los contribuyentes asuman la carga de las pérdidas", dijo por su parte la ministra de Finanzas austriaca, Maria Fekter.

En contraste, el futuro presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha dijo que una reestructuración suave de la deuda griega, como pide Alemania, tendría más costes que beneficios y provocaría un efecto de contagio al resto de países de la eurozona.

En estos instantes, se están discutiendo básicamente dos iniciativas. Una es la propuesta que establece Viena (invitar a los bancos a comprar nuevos bonos griegos cuando venzan), que sería completamente voluntaria, la otra alternativa es el canje de deuda (canjear los títulos que vencen en los próximos dos años por otros con un vencimiento a siete años), obligatoria.