madrid. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, avanzó ayer que la reforma de la negociación colectiva que el Gobierno aprobará el próximo viernes será "prudente y tranquila" y que es de esperar que esté en vigor el próximo otoño. Gómez explicó que el Gobierno no eliminará la ultraactividad de los convenios cuando éstos caduquen (prorrogarlos), e impulsará los mecanismos de mediación y arbitraje para solucionar los conflictos. Asimismo, dijo que el Gobierno facilitará la flexibilidad interna en las empresas, tanto en materia de jornada laboral como en las condiciones salariales, pero articulada de forma "dialogada". En el caso de que el entendimiento no fuera posible, Gómez ha dicho que será preciso acudir a la mediación y al arbitraje, pero recalcó que esto ha de hacerse de forma "voluntaria" entre las partes. Y es que, recalcó, "la ley no puede imponer un sistema de mediación ya que éste ha de ser pactado libremente en el convenio. Nos parece que el diálogo social entre empresarios y sindicatos en el futuro, más allá de que no hayan sido capaces de alcanzar un acuerdo, pueda dar lugar a un acuerdo concreto sobre el desarrollo de la mediación", a ser posible, después del verano.

Septiembre Por otro lado, Gómez despejó que la reforma de las mutuas no se acometerá hasta septiembre, como se fijó en el Acuerdo Económico y Social (ASE) del 2 de febrero, pese a que ya existía un acuerdo avanzado a tres bandas sobre esta materia. Con todo, aseguró que el Gobierno se siente comprometido con el control del absentismo y a favor de introducir más relación entre los costes de la incapacidad temporal y las aportaciones de las empresas.

Preguntado por si la reforma del Gobierno introducirá alguna novedad en materia salarial, el ministro de Trabajo dijo que el Acuerdo Interconfederal de Negociación Colectiva ya preserva la moderación salarial y que los salarios no se pueden regular por ley.