PARÍS. Los nuevos pronósticos de la organización mantienen el ritmo de crecimiento de la economía española en 2011, pero son menos optimistas de cara al próximo año, ya que su anterior estimación auguraba una expansión del 1,8% del PIB.

De este modo, las previsiones de la institución con sede en París coinciden prácticamente con las publicadas por el Fondo Monetario Internaconal (FMI), que augura un crecimiento del PIB del 0,8% en 2011 y del 1,6% en 2012, pero se sitúan muy por debajo de los pronósticos del Ejecutivo español, que espera una expansión del 1,3% este año y del 2,3% el próximo.

No obstante, a pesar del gradual incremento previsto en la actividad económica de España, la OCDE prevé que la tasa de paro seguirá en niveles elevados y alcanzará el 20,3% este años y el 19,3% en 2012, frente a las previsiones del Gobierno del 19,8% en 2011 y del 18,5% el próximo año.

Así, los nuevos pronósticos de la OCDE respecto a la evolución del mercado laboral español se muestran mucho más sombríos que en la anterior publicación de perspectivas de noviembre de 2010, cuando la institución auguró una tasa de paro del 19,1% este año y del 17,4% el siguiente.

De hecho, las previsiones más a largo plazo de la OCDE estiman que la tasa de paro de España se situará en el 14,5% en el cuarto trimestre de 2015 y sólo se situará en un nivel similar al anterior a la crisis en 2026, cuando la tasa de desempleo se situará en el 8,9%, frente al 8,6% registrado al cierre de 2007.

En este sentido, la institución dirigida por Angel Gurría ha reiterado la necesidad de que España modifique la negociación colectiva y reduzca más el coste de las indemnizaciones por despido de los contratos indefinidos, hasta aproximarse a un contrato unificado.

CUMPLIRÁ EL OBJETIVO DE DEFICIT EN 2012 Por otro lado, la OCDE espera que España logrará reducir su déficit público al 6,3% del PIB en 2011, desde el 9,2% registrado el año pasado y tres décimas por encima del objetivo marcado para el presente ejercicio.

Sin embargo, las estimaciones del conocido como 'Club de los países desarrollados' contemplan que España logrará reducir el desequilibrio de sus cuentas públicas el próximo año hasta el 4,4%, en línea con el objetivo marcado por el Gobierno, que pretende dejar el déficit en el 3% al año siguiente.

Asimismo, la institución considera que el principal riesgo a la baja para sus previsiones se relaciona con la crisis de deuda soberana y la posibilidad de que los diferenciales de la deuda española siguieran siendo elevados, lo que podría suponer un deterioro del coste de financiación, ante la incertidumbre de una reestructuración en la zona euro.