atenas. El ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantínu, afirmó ayer que si Grecia no recibe un quinto tramo de ayuda externa por valor de 12.000 millones de euros en junio, el país irá a la bancarrota. "La verdad es muy difícil y si no recibimos el dinero hacia el 26 de junio nos veremos obligados a cerrar la tienda y declarar la imposibilidad de pagar nuestras obligaciones", dijo en una entrevista exclusiva a Skai. El Gobierno está a la espera de que las últimas medidas de austeridad anunciadas (privatizaciones, despidos de funcionarios y recorte de inversiones, todo por valor de unos 80.000 millones de euros) reciban el visto bueno de los expertos que llegan hoy a Atenas de la Unión Europea (UE) y el FMI. Si es así, ambos organismos podrían acceder a renegociar los pagos que les debe Grecia para aliviar así su situación.

Unas horas antes de conocerse estas declaraciones, el Gobierno griego había decidido avanzar de forma urgente en la adopción de nuevas medidas de austeridad para ahorrar 28.000 millones de euros hasta 2015. Además, anunció un programa inmediato de privatizaciones de empresas estatales y activos públicos para obtener otros 50.000 millones adicionales de privatizaciones, después de que sus socios de la UE le presionasen para que aplicase de forma urgente nuevas reformas estructurales y privatizaciones. El objetivo irrenunciable para Bruselas es que Grecia logre reducir el déficit fiscal al 7,5% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2011, desde el 10,5% con que terminó 2010.

Papaconstantínu, que descartó rotundamente que su Gobierno estudie abandonar el euro como medida alternativa, atribuyó a "una recesión más profunda de lo esperado" que el déficit fiscal de Grecia aumentase en los primeros cuatro meses del año hasta los 7.246 millones de euros, superando los pronósticos en 322 millones de euros de la meta inicial, lo que ha generado la presente crisis. El ministro reconoció que para ahorrar se despedirán a empleados públicos con contratos temporales pese a que el Gobierno trató de evitarlo, declarando que ya no se les ha renovado el contrato a 30.000 de ellos y que con las bajas voluntarias hay ya 83.000 trabajadores menos en el sector público.

Huelga Pero la viabilidad de estas medidas no depende sólo de la UE y el FMI, sino también de la oposición helena que ya ayer se negó a respaldarlas con lo que el Gobierno, al igual que en Portugal, se queda entre la espada y la pared. El primer ministro, Yorgos Papandréu, no logró ayer un consenso con los principales partidos de la oposición y tampoco con los sindicatos que ya han respondido convocando una nueva huelga general para el 21 de junio, además de una jornada de paro y una gran manifestación de funcionarios el día 4 en Atenas.