Vitoria. La reforma de la negociación colectiva se vuelve a alejar tras el rechazo mayoritario del Comité Ejecutivo de la CEOE a las bases alcanzadas hasta ahora por sindicatos y patronal. A pesar de que este órgano tiene una función exclusivamente consultiva, fuentes internas de la organización empresarial reclamaron ayer una reforma "de mayor calado" que la que hay sobre la mesa y llegaron a afirmar que las posibilidades de que se llegue a un acuerdo en estos momentos son "de una entre un millón". Tras las declaraciones de los empresarios, los propios sindicatos asumieron que la reforma necesitará más tiempo y que el acuerdo se podría retrasar más allá del 31 de mayo.

Las exigencias de la CEOE giran en torno a tres pilares fundamentales: mayor liberalización de la negociación, que otorgue más libertad para los descuelgues; una flexibilización del mercado de trabajo que haga más fácil la contratación a tiempo parcial; así como un contrato indefinido único con indemnización de solo 20 días por año.

En este sentido, fuentes presentes en el comité de empresarios explicaban ayer a Europa Press que no comparten la forma "cosmética" con la que Rosell pretende lograr sus pretensiones en la negociación con los líderes de CCOO y UGT. Según estas mismas fuentes, el 90% de los empresarios se pronunció en el comité a favor de que sea el Gobierno el que legisle de manera unilateral si no se logra pactar bajo las condiciones que reclaman.

Las voces oficiales de la CEOE coincidían ayer en que el acuerdo con los sindicatos pasa por una reforma "de mayor calado", aunque dejaron claro que la reforma no está en peligro ya que las opiniones de su comité "no son representativas".

Los sindicatos, por su parte, reconocieron que "el endurecimiento del discurso" de los empresarios es "una mala noticia" que podría hacer retrasar el pacto más allá del 31 de mayo, ya que "hace falta más tiempo" para discutir, sobre todo, el plan para combatir el absentismo laboral y la posibilidad de ligar la subida salarial a la productividad. La última palabra la podría tener la junta Directiva de la CEOE, con poder ejecutivo, del próximo día 25, la cual deberá decidir si aprueba o no el actual boceto de reforma.