Vitoria. Caja Vital celebró ayer en su sede central de Salburua su Asamblea General ordinaria con la recién anunciada fusión fría con sus hermanas guipuzcoana y vizcaína como principal protagonista. Carlos Zapatero, presidente de la entidad alavesa, comparecía previamente ante la prensa con la voluntad principal de trasladar un mensaje tranquilizador a la plantilla de la Caja -no contempla que la futura integración tenga un impacto en los trabajadores- y a la ciudadanía alavesa, asegurando que la Obra Social tampoco se va a ver "perjudicada" por la operación. A partir de ahí, pocas novedades más sobre la SIP anunciada justo una semana atrás. Según explicó Zapatero, en próximas fechas se crearán los equipos de trabajo -liderados por los tres presidentes y los directores generales- encargados de concretar los detalles del proceso, una negociación a "tres bandas" que auguró "complicada" aunque confió en que ésta llegue a buen puerto.

Así que poco pudo avanzar Zapatero sobre qué peso tendrá Caja Vital en la entidad resultante, habida cuenta que es la caja más pequeña de las tres, o si esa licencia bancaria solicitada saldrá o no a bolsa, decisiones sobre las que consideró "prematuro" pronunciarse. Tampoco ofreció detalles sobre el nombre de la nueva entidad, qué tipos de activos se incorporarán o de si se trabajará en esta fusión fría como un primer paso para una integración plena.

La otra gran cuestión, cuándo se materializará la operación, también sigue siendo una incógnita. Según el presidente de Caja Vital, su deseo es que el proceso pueda culminarse "sin prisa pero cuanto antes". En ese amplio abanico temporal, "un año es mucho tiempo en economía", matizó Zapatero, aunque también consideró "prematuro" hablar de fechas concretas.

El presidente de Caja Vital se limitó a recordar que el mecanismo de fusión fría permite a cada entidad mantener sus órganos de gobierno, marcas comerciales y su propia "naturaleza", al mismo tiempo que se crea un banco participado por las entidades que participan en este tipo de procesos. Zapatero destacó que el acuerdo no se alcanzó "desde la necesidad", sino "desde la convicción", dado que las cajas vacas se encuentran entre "las más saneadas y capitalizadas" del Estado español.

La incógnita de Kutxa Así, destacó la "ilusión" que ha generado el pacto logrado entre BBK, Kutxa y la propia entidad alavesa, por lo que aseguró que "sería difícilmente justificable" que el proceso no tuviera "un buen final". El primer paso a cumplimentar en este Sistema Institucional de Protección será que las respectivas asambleas den el visto bueno a la integración. Un plácet que parece garantizado en el caso de Vital y BBK -al contar con el aval de PNV, PSE y PP-, pero no tan claro a priori en Kutxa, la única de las tres cajas vascas en la que los citados tres partidos no conforman mayoría cualificada (67 de 100), está integrada por un centenar de miembros que se reparten entre los que son afines a PNV (24), Banatuz (20), PSE-EE (18), H1! (13), CCOO (10), EA (3), Alternatiba (3), EB (2), Aralar (2), Pixkanaka (2), PP (1), ELA (1) y LAB (1).

Ayer, la plataforma Banatuz expresó su disposición a negociar aunque advirtió de que defenderá su mantenimiento y función social, y se opondrá a que se conviertan en un banco. Representantes de esta plataforma, que cuenta con 20 de los cien consejeros de la asamblea general de Kutxa, explicaron en una rueda de prensa en Donostia que están dispuestos a acordar "una caja para Euskal Herria", aunque "lo fundamental" es "el modelo" que se quiera aplicar. Por su parte, el secretario general de EA, Pello Urizar, explicó ayer en Radio Euskadi que EA votará en contra de la fusión fría porque considera que no es "la solución" para el "reforzamiento" de las entidades vascas. LAB se opone a la operación, mientras que CCOO ya anunció el miércoles su intención de respaldarla. El momento para una toma de temperatura fiable de las fuerzas en la Asamblea de la caja guipuzcoana será la reunión ordinaria convocada para el próximo viernes 8 de abril.

"paso histórico" A la espera de que se resuelva esta incógnita, Carlos Zapatero, que compareció ante la prensa acompañado por el director general de la entidad, Joseba Barrena, se mostró exultante con el acuerdo alcanzado para la SIP a tres. Un paso "histórico e importante" y "el mejor de los posibles", dijo, aunque reconoció que ahora se abre una fase de negociación "complicada" pero con una "enorme voluntad de llegar a buen puerto", desde criterios profesionales, económicos y empresariales y con la vista "siempre puesta" en los clientes.

"Estoy seguro de que, a pesar de las dificultades, conseguiremos sacar adelante este gran proyecto económico y social", insistió, al tiempo que lanzó un mensaje de tranquilidad a los trabajadores, a quienes dijo que sus derechos "serán respetados escrupulosamente durante todo el proceso". En la misma línea, manifestó que la Obra Social de la entidad que preside no se va a ver "perjudicada" por la fusión aunque, a preguntas de los periodistas y sin una relación exclusiva con esta operación, admitió que la inauguración de la sede de Krea se ha retrasado sine die a la espera de replantear el proyecto.