madrid. Miles de trabajadores de las empresas de Nueva Rumasa, 3.000 según los organizadores y 2.000 según las cifras definitivas de la Policía, reclamaron ayer en una manifestación en Madrid la salida del grupo de los Ruiz-Mateos y el compromiso de las administraciones para mantener el empleo.
Procedentes de Andalucía, Extremadura, Galicia, Castilla y León, Aragón, Baleares, Cataluña y Madrid, recorrieron el centro de la capital bajo el lema Por la defensa del empleo y los puestos de trabajo de Nueva Rumasa.
La manifestación, convocada por las Federaciones Agroalimentarias de los sindicatos CCOO y UGT, transcurrió sin incidentes durante una hora de recorrido en el que los trabajadores corearon gritos contra la familia Ruiz-Mateos y exhibieron pancartas y caretas de José María Ruiz-Mateos. Comprometidos con el trapicheo; Intervenir y sanear sin Superman; ¿Dónde está el dinero? o Unos ladrones inmejorables fueron algunos de los carteles que se pudieron leer durante la protesta, en la que portaban billetes con el lema ya te pagaré.
El secretario general de la Federación Agroalimentaria de CCOO, Jesús Villar, reconoció la labor de los trabajadores del grupo en la lucha por el empleo, "incluso tras las presiones recibidas un día antes de la manifestación por parte de la familia", que intentó convocar a los presidentes de los comités de empresa sin éxito. Villar, que ha pedido que ninguna Administración "le vuelva a dar el más mínimo soplo de esperanza" a los Ruiz-Mateos para seguir gestionando empresas, les reclamó que den cobertura a todos los trabajadores que no cobran desde hace meses.
Por su parte, el secretario general de la Federación Agroalimentaria de UGT, Jesús García Zamora, demandó la implicación de la Administración para que les traten igual que a otro sector industrial al que han apoyado, como el del automóvil. Zamora, que reconoció que el proceso va a ser duro y difícil, ha pedido que nadie se engañe y que en este proceso el único culpable es la familia Ruiz-Mateos.
Una vez finalizada la manifestación, ambos representantes remarcaron que ahora las líneas de actuación se centrarán en que se concentren en Madrid todas las acciones concursales y en no permitir que "desaparezcan más activos" de las empresas, es decir, "que no saquen ni un bolígrafo".