bilbao. En el debate sobre la unión financiera de las tres cajas vascas, el Gobierno Vasco ha apostado en público por una "fusión fría". Lo ha hecho el consejero de Economía, Carlos Aguirre y también lo ha hecho el lehendakari Patxi López, quien todavía el viernes apostaba por conformar una SIP entre las tres entidades que permita a la BBK, Kutxa y Caja Vital conservar su personalidad, su marca y su obra social. Pero éste no ha sido el planteamiento que los socialistas han trasladado en privado. En una reunión celebrada a principios de este mes entre López y el presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Iñigo Urkullu, el primero aseguró al líder jeltzale que la opción de la fusión caliente era la vía a seguir. Conocido ese posicionamiento, los nacionalistas volvieron a rescatar públicamente la opción de la fusión caliente a tres en el debate abierto a consecuencia de la reordenación del sistema financiero abierta en el Estado.
El paso de los jeltzales se topó entonces con la oposición de los socialistas vascos, lo que provocó una "nueva decepción" en el PNV, según fuentes de esta formación consultadas por este diario. Al contrario de lo argumentado en el encuentro mantenido entre Urkullu y López -cita que se produjo dentro de la ronda de partidos que el mandatario del PSE puso en marcha para analizar la situación política vasca tras la presentación de Sortu-, el Gabinete López y también el Partido Socialista de Euskadi apostaron en sus declaraciones públicas por una fusión fría, contraviniendo el criterio del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que también ha considerado como mejor alternativa una fusión tradicional entre BBK, Kutxa y Caja Vital.
De hecho, esta misma semana el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, y la ministra de Economía, Elena Salgado, han mostrado su aquiescencia con un proceso integrador de las tres entidades para conformar una caja única. Una elección que, a juicio del PNV es "la mejor y la más rápida" y que surge después de haberse realizado en las filas de la formación que lidera Iñigo Urkullu una profunda reflexión fruto de la posición que los presidentes de las entidades de ahorro financieras manifestaron sobre la necesidad de abordar la situación de cada una de las tres cajas en estos tiempos de crisis.
El PNV entiende que se está avanzando hacia un modelo de bancarización, pero tiene la consideración de que existen ya fichas bancarias en alguna de las cajas vascas, con las posibilidades que ello ofrece para compatibilizar el mantenimiento del estatus institucional de estas entidades con otras herramientas de las que disponen y dispondrían para su expansión en el exterior y para la captación de capital externo.
Los jeltzales son conscientes de que ha habido una mala gestión de las cajas en el Estado -como también ha ocurrido en los bancos regionales de la Unión Europea- pero ello, indican, no es imputable, sin más, al estatus jurídico de las mismas y a la participación de representantes institucionales en ellas. De hecho, los resultados que han tenido las tres entidades vascas refuerzan el discurso de que es posible realizar una buena gestión desde la profesionalidad combinada con una acción responsable de los representantes políticos. "Es necesaria la reordenación, pero no necesariamente por un modelo impuesto y juzgando a todos por igual", señalan las fuentes consultadas en el PNV.
las mismas mayorías En esta necesaria reordenación tanto la fusión caliente como el SIP requieren de las mismas mayorías en las asambleas de las cajas. Por eso, razonan en el PNV, si tal como ha asegurado el consejero de Economía no hay dificultad política alguna para acometer este segundo tipo de alianza, tampoco debería haberla para una fusión caliente. A juicio de los jeltzales, una sola caja garantizaría el control cualificado de las entidades publicas de las que disponen algunas de las entidades. "La fusión ayudaría también a garantizar la vinculación al tejido económico y social del entorno", contribuyendo a mantener el arraigo y el apego a Euskadi que las cajas han mantenido hasta el momento.
Además, la fusión a tres que siempre han defendido los nacionalistas como modelo a seguir, "no solo aumentaría el tamaño de la caja resultante y la fortalecería, sino que permitiría la existencia de un solo órgano rector, mientras que el SIP -herramienta que se ha utilizado para alianzas entre cajas de distintas comunidades y para salvar algunas de ellas mal gestionadas-, mantendría tres asambleas y tres órganos de dirección". Esta última sería, a juicio del PNV, la verdadera razón que se esconde tras la postura de López, de los socialistas vascos y de su socio preferente, el PP, ya que eso les permitiría satisfacer sus ansias de seguir controlando alguna de las cajas.
Una impresión que se fundamenta en las declaraciones realizadas por Carlos Aguirre al presentar el borrador del proyecto de Ley vasca de Cajas, momento en el que el consejero de Economía argumentó su posición en base a la "sobrerrepresentación" actual de la formación jeltzale en los órganos rectores de las tres cajas vascas.