Vitoria. La fusión de las tres cajas vascas continúa bloqueada en Euskadi por el rechazo de socialistas y populares, pero el PNV no renuncia a la alianza y continúa intentando forzar un cambio en el PSE a través de los canales que mantiene abiertos con Rodríguez Zapatero. El portavoz parlamentario del PNV, Josu Erkoreka, envió ayer un mensaje a La Moncloa en ese sentido. Los jeltzales consideran "bien orientadas" las líneas generales de la reforma del sistema financiero pero no adoptarán una "posición definitiva" hasta analizar si se favorece la integración "al máximo nivel" de las cajas vascas, dijo Erkoreka. Esa posición deja abierta todas las posibilidades. En ningún caso habrá una referencia expresa a las fusión en la CAV en el texto de la normativa de reforzamiento del negocio bancario, pero, si la filosofía de la reforma es precisamente propiciar alianzas entre cajas, las vascas no pueden quedar fuera a juicio del PNV. Por ello, las dudas son más políticas que económicas; están más relacionadas con la voluntad de promover una fusión que dé volumen a las dos cajas vascas más pequeñas -Vital y Kutxa- que a la letra y espíritu de la nueva normativa.
Desacuerdo en la CAV En una conferencia ante el Colegio de Registradores de España con motivo del 150 aniversario de la Ley Hipotecaria, el dirigente nacionalista aseguró que el decreto "responde a lo que requiere el sistema para garantizar su solvencia y credibilidad y hacer posible el flujo de crédito". Erkoreka considera que la norma, en principio, no contradice la pretensión del PNV vasco de una fusión total entre BBK, Kutxa y Vital, si bien "no todo el mundo está de acuerdo" con este objetivo en el País Vasco. El margen de maniobra de los jeltzales en Madrid se vio ayer en cualquier caso reducido por la confirmación de que CiU apoyará la reforma. Y aunque todavía no lo ha aclarado es posible que el PP también apoye el texto.
Zapatero quiere lograr el mayor consenso posible para evitar tener que tramitar la normativa como un proyecto de ley abierto a la introducción de modificaciones por parte de la oposición. Si el presidente del Gobierno suma dos grupos tan importantes como el de Convergencia y el del PP, habrá logrado la foto de consenso que busca en todas las reformas que acomete.
La posición del PNV quedó ayer bien definida en Madrid por Erkoreka: "Queremos ver hasta qué punto permitiría la fusión de las cajas para que después la entidad resultante decida por sí misma su presencia en el mercado financiero".
Mientras, en la Comunidad Vasca, socialistas y populares insistieron en mostrar los matices y hasta enormes diferencias que exhiben en todo lo concerniente a la economía.
El borrador de la reforma de la Ley de Cajas elaborado por el Gobierno vasco recoge la posibilidad de que los ayuntamientos de fuera de Euskadi tengan presencia en las asambleas de las cajas, pero la idea no convence ni siquiera a su socio preferente. El secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzabal, aseguró ayer que su partido apuesta por abrir las puertas de las cajas a los ahorradores sean vascos o no y limitar, por contra, la entrada de las instituciones. Oyarzabal, que criticó la fusión a tres reactivada por el PNV, recordó que la anterior Ley Vasca de Cajas contemplaba esa posibilidad con efectos muy limitados.
El Gobierno Vasco, a través de su portavoz, Idoia Mendia, recordó que la normativa está en pleno debate y que tiene mucho recorrido. En ese proceso, el PP marcará el paso.