Vitoria. El enfermo mejora pero sigue muy débil. La economía de la CAV creció el año pasado un 0,3%, un impulso testimonial que ilustra la complejidad del escenario de salida de la crisis. Pese al empuje de la industria y de los servicios, la falta de pulso en la construcción impide al PIB vasco avanzar a un ritmo aceptable. Los índices mejoran cada trimestre de forma insuficiente para reactivar la cadena de generación de riqueza. Y lo hacen sobre todo porque los valores con los que se comparan se registraron en 2009, el peor ciclo de la crisis. En esa tesitura, la política de austeridad del sector público supone un freno, como reconoció ayer el consejero vasco de Economía.

El Instituto Vasco de Estadística (Eustat) hizo público ayer el dato provisional de crecimiento del PIB en el último trimestre del año. Aunque la estadística desarrollada por sectores no se conocerá hasta la próxima semana algunas variables ya difundidas señalan las causas del leve crecimiento de la economía.

La producción industrial que repuntó por encima del 4% en el segundo y casi un 5% en el tercer trimestre, se estancó en el último con un repunte del 0,8%. El paso atrás se ha trasladado al PIB. Con todo, la economía creció un 0,8% interanual entre octubre y diciembre respecto al mismo trimestre del año anterior. El mayor incremento desde el último cuarto de 2008. El repunte intertrimestral fue de un 0,2%.

Economía lastrada La CAV avanza a pasos cortos y arrastrando demasiado lastre, porque si la industria se mueve al ralentí, la construcción continúa parada a la espera de que cambie la luz del semáforo y la mejora constante de las cifras de negocio en los servicios no genera tracción suficiente. Esos comportamientos se resumen en un cuadro clínico en el que la gráfica clave es el incesante crecimiento del paro. El consumo se mantendrá bajo mínimos si el empleo no crece y eso no ocurrirá a corto plazo.

El gasto de los hogares mejorará paulatinamente en los próximos trimestres, según las previsiones del Gobierno Vasco, a medida que mejore el clima de confianza en las familias. Los ritmos también serán muy pausados en ese ámbito, al igual que el consumo y la inversión de las administraciones públicas. Todo ello limitará las posibilidades de expansión de la economía de la CAV.

En el extremo opuesto están las exportaciones, que evolucionan al alza ligadas al crecimiento mucho más dinámico del comercio mundial. Las empresas vascas que venden grandes volumenes a Alemania viven en otra dimensión al calor de subidas del PIB superiores al 3%.

El consejero de Economía y Hacienda, Carlos Aguirre, aseguró en los pasillos del Parlamento que el PIB 2010 "consolida la recuperación" iniciada en el segundo trimestre. Aguirre subrayó la importancia de concluir el año pasado con tres décimas de subida frente al desplome de cuatro puntos de 2009.

"Este crecimiento, ligero, leve, se apoya en la industria y los servicios -destacó-, mientras que la construcción sigue en fuerte crisis y limita los avances". El consejero precisó asimismo que el sector público constituye la única excepción debido a los planes de recortes y ajustes en los presupuestos los Gobiernos vasco y central, las diputaciones forales y los ayuntamientos. Las administraciones apenas aportan combustible a la economía. Aguirre espera que en 2011 "este ritmo de crecimiento se acelere y seamos capaces de generar empleo incluso en el primer semestre del año". Lakua considera que la economía repuntará en torno a un 1,5%.