LA Seguridad Social durante la década de los ochenta y noventa del siglo XX, ha pasado por momentos de penuria económica y de verdadera angustia sin poder autofinanciarse, y para poder atender mensualmente las pensiones y demás compromisos con el colectivo de beneficiarios ha tenido o bien que congelar las prestaciones o pedir prestado a la Administración del Estado recursos líquidos, hoy todavía pendientes de devolución en parte, ya que los ingresos por cotizaciones no alcanzaban para atender las prestaciones comprometidas.

En el modelo actual de Seguridad Social intervienen de forma importante, al menos, cuatro tipo de variables:

a) Las variables demográficas como son la natalidad, la mortalidad, las invalideces/ incapacidades, los movimientos migratorios, la esperanza de vida, el envejecimiento poblacional, etc.

b) Las variables económicas.- El crecimiento económico, la evolución del empleo, la productividad, la tasa de actividad, el índice de paro, el índice de precios al consumo, los nuevos pensionistas con pensiones mas altas, etc.

c) Las variables técnicas.- Los regímenes existentes, las bases y tipos de cotización, la edad de jubilación, la gestión del sistema en su conjunto y la eficiencia del mismo, el Fondo de Reserva y su gestión tan manipulada, el control del fraude, etc.

d) Las variables políticas.- Las decisiones discrecionales del Gobierno de turno, las pensiones mínimas, los complementos a mínimos, las prestaciones de carácter no contributivo, etc.

Todas las variables o la mayoría han tenido y siguen teniendo una gran importancia en el devenir histórico que ha seguido el sistema público de Seguridad Social, y aunque desde la Administración Central del Estado siempre se haya comentado y defendido la solidez, la solvencia, el futuro garantizado del sistema público, y la actualización anual de las pensiones, las reformas necesarias llevar a cabo para actualizar, reforzar, reconvertir y modernizar el modelo, han sido una constante en el tiempo y por los diferentes gobiernos del Estado.

Así, las reformas llevadas a cabo en este capítulo han sido: en el año 1978, el período de cómputo para el cálculo de la pensión se concreta en 24 meses (dos años), elegidos entre los siete últimos trabajados y cotizados; el año 1985, el año de la "huelga de las pensiones", entre otros aspectos, se amplia el período de cómputo para el cálculo de la pensión pasando de los dos años últimos cotizados, a los ocho años; el año 1990, se crean las pensiones no contributivas; el año 1994, se modifica la gestión de las prestaciones de incapacidad temporal; el año 1997, y en otro período de turbulencia y situación financiera delicada de la Seguridad Social, se amplia el periodo de cómputo para el cálculo de la pensión de jubilación pasando de los ocho años, a los quince años.

Asimismo se cambia la correspondencia entre los años cotizados y las bases reguladoras; el año 2002, se aprueba la ley de jubilación gradual y flexible; el año 2006, se modifica nuevamente la gestión de las prestaciones de incapacidad temporal; y, la última hasta ahora, el año 2008, se restringen las jubilaciones anticipadas, y se llevan a cabo cambios en la determinación de la incapacidad permanente y en la prestación de viudedad.

Conociendo únicamente los trámites y la documentación emitida por la Comisión del Pacto de Toledo, y en concreto las veintitrés recomendaciones, que nacen sin el respaldo de la mayoría de los partidos políticos, lo que podemos anticipar, sin el mayor riesgo de error, es que el gobierno español se dispone a realizar una nueva reforma que, como todas las efectuadas anteriormente, supondrá un sustancial recorte de las prestaciones para los actuales cotizantes y futuros pensionistas. ¿Por qué pasa esto?

A).- Periodo de Cómputo.-

La modificación por ampliación del periodo de cómputo para el cálculo de la pensión publica, además de generar una disminución en la cuantía de la pensión a percibir en su momento por el actual afiliado a la Seguridad Social, que puede oscilar, según casos y circunstancias, entre el 5% y el 25%, en función de los años que se incorporen a los quince últimos exigidos actualmente, y de los vacíos que se puedan producir en su carrera como cotizante, va a suponer, por otro lado, para un colectivo importante de Euskal-Herria, cerca de 230.000 personas, como son los autónomos, un cambio radical en el planteamiento existente, sobre su actuación como afiliados a la Seguridad Social.

Al día de hoy todos, o casi todos, los profesionales autónomos y sujetos al RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos), cotizan por la base mínima, independientemente de sus percepciones o rentas mensuales, hasta edades próximas a los 50 años (48 exactamente), y cuidan con exquisito cuidado los mínimos quince años exigidos para el cálculo de la pensión final, para a partir de ese momento incrementar su base de cotización al máximo, para poder percibir al final de su vida laboral la pensión tope.

A partir de le entrada en vigor de la nueva reforma, que parece ser ocurrirá en enero de 2013, sino hoy otros imprevistos, vendrán obligados, así lo estimamos, a cotizar por el máximo desde edades mas tempranas, con el correspondiente esfuerzo financiero si pueden, y si quieren percibir al final de sus días laborales la pensión máxima. Ello va a suponer que un porcentaje de trabajadores autónomos, y según edades, tendrá que modificar su comportamiento, y esto traerá consigo, en el mejor de los casos, que la recaudación por cotizaciones de la Tesorería General de la Seguridad Social se verá incrementada.

¿Para cuándo un reagrupamiento de regímenes existentes para homogeneizar situaciones y cotizaciones de los autónomos y trabajadores por cuenta ajena?

B).- Retraso en la Edad de Jubilación.-

El retraso en la edad de jubilación hasta los 67 años, cuando la edad media en la que, en estos momentos, acceden los cotizantes a solicitar la pensión de jubilación, 63 años aproximadamente, no es mas que un deseo de contentar, el gobierno socialista, a los mercados e inversores financieros internacionales, por un lado, y por otro para que desde Alemania se alabe la reforma, y la Eurozona supere el nerviosismo existente con respecto al euro. (....)

* Actuario