bilbao. Firme defensor de la reforma, cree que uno de los principales problemas es que el Gobierno de Rodríguez Zapatero no ha sabido venderla. "Este Gobierno ha mezclado las cosas y en esa mezcla ha generado confusión y barullo. Y a río revuelto, ganancia de pescadores", sentencia.

¿Este decretazo es el mayor recorte al estado del bienestar?

Esto no es un recorte al estado del bienestar. Esto es una mejora en la equidad del sistema. ¿Quiénes van a perder más como resultado de este cambio? Las personas con carreras laborales más largas y que se jubilen con 65 años. ¿Quiénes van a salir beneficiados? Las personas que se jubilan de forma anticipada porque si aumentas más años la cotización, estás cogiendo mejores años. Pero no recorta el estado del bienestar. Porque las pensiones son un instrumento de solidaridad intergeneracional pero no son un instrumento para distribuir renta de un colectivo a otro.

Usted refrenda las tesis más catastrófistas sobre el sistema público de pensiones. Algunos mantienen que no hay razones ni para retrasar la jubilación ni para ampliar el periodo de cotización porque la Seguridad Social aún tiene superávit.

No sé si mis opiniones son catastrofistas pero los resultados que yo he obtenido, y que presenté en el Pacto de Toledo, son coincidentes con los que ha obtenido el propio Ministerio y que presentó a la UE y son coincidentes con los resultados de otras investigaciones. Y dicen que en el horizonte del año 2030, incluso con hipótesis de crecimiento y de inmigración optimistas, el sistema entraría en déficit. Y había que anticiparse a ese déficit porque la vaca no da para tanto.

El problema básico es de número de cotizantes.

Si hay pocos empleados, el problema obviamente es el número de cotizantes porque pone de manifiesto la cantidad de renta que se está generando. Porque en un sistema de pensiones, el meollo es la renta. La Seguridad Social no es más que un procedimiento por el que captamos renta de las personas que trabajan para transferírsela a los que estan jubilados. Se puede transferir a través de cotizaciones sociales o a través de la capitalización. ¿Qué pasa? Que con la información de la que hoy disponemos, las previsiones sobre el número de cotizantes no son halagüeñas.

Se habla de gasto pero nadie habla de aumentar las ingresos.

Se podría plantear la conveniencia de aumentar la cotización que abona el trabajador que es del cuatro y pico por ciento.

Eso sí que levantaría ampollas.

Sería otra línea de reforma. Lo que ocurre es que habría que aumentarlo mucho para que fuera efectiva.

¿Por qué se ha focalizado toda la reforma en el retraso de la edad de jubilación?

Ahí no se ha dirimido la batalla, ahí la ha llevado el Gobierno. En la reforma de las pensiones el Gobierno ha cometido un error: venderla como una exigencia de los mercados.

¿Es partidario de ese aumento?

Creo que aumentar la edad de jubilación es bueno. Las personas cada vez entran más tarde al mercado de trabajo y si lo siguen dejando a los 65 años, el número de años disminuye con respecto a generaciones anteriores. Además cuando llegamos a los 65 años no llegamos con un estado físico particularmente deteriorado. Y mucho menos como estaban nuestros padres o abuelos. Entonces alargar la edad no va a perjudicar nuestra calidad de vida. Pero es evidente que alguien que se ha dedicado a una actividad penosa no puedes tenerle a los 67, habría que fijar una edad mínima.

¿Es la única solución?

Sí porque un alargamiento de la vida laboral corrige el déficit y es la medida que menos coste tiene en términos de renta futura frente a la otra que es aumentar el numero de años que se computan para el cálculo de la base reguladora. Frente a cada año más que se compute, tu pensión cae un 1%. Pero si alargas la vida laboral, esa pérdida es menor.

¿Apoyaría que se incentivase aplazar la edad de retiro?

Si para que la población vaya aceptando poco a poco que alargar la vida laboral es necesario, hay que incentivarlo con deducciones de cotización o con bonificaciones en la pensión, bienvenido sea, pero de manera transitoria. De lo que se trata es que la gente entienda que no queda más remedio que hacerlo.

Pero es difícil de entender cuando en la calle hay, por ejemplo, gente del BBVA que ha salido con 55 años.

Sí pero eso es injusto. Es de juzgado de guardia. Es incomprensible aunque lo financie su empresa.

Cuando la gente se incorpora cada vez más tarde, exigirle 38,5 años de cotización parece una barbaridad.

La edad media de inserción en el mercado de trabajo de un universitario puede estar en los 24 años, una persona con una vida laboral normal llegará a los 65 con 40 años cotizados.

¿Y si tiene épocas de paro?

Si tiene épocas de paro, el INEM cotiza por él en la base de cotización que le corresponde. Cuando una persona entra en desempleo no deja de cotizar a la Seguridad Social. Luego, en principio, no tendría por qué haber huecos en las carreras laborales.