madrid. La Caixa tendrá el 81% de Caixabank, el nuevo banco en que se convertirá Criteria, tras la decisión de la primera caja catalana de bancarizar su negocio, según avanzaron fuentes financieras.

El 19% restante de Caixabank quedará en manos de los actuales accionistas minoritarios de Criteria, que con este cambio se convierte en uno de los principales grupos bancarios.

La operación se instrumenta a través de un intercambio de activos, de manera que La Caixa traspasa a Criteria, a partir de ahora Caixabank, la mayoría de sus participaciones industriales y se queda a cambio las oficinas, la plantilla de La Caixa y el negocio bancario de la entidad de ahorro, tal y como permite la nueva ley de cajas. Habrá excepciones: el 5% de Telefónica y el 13% de Repsol, al ser considerados activos suscepibles de venta. De hecho, en el caso de Telefónica el paquete ha variado a menudo en la historia de la caja en función de sus intereses financieros.

El nuevo Caixabank se quedará, además de todo el nuevo negocio bancario de La Caixa, todo el negocio asegurador y las participaciones en los bancos internacionales.

La Caixa, que seguirá existiendo, retendrá las participaciones en Gas Natural Fenosa, Telefónica, Repsol, Abertis y Port Aventura, entre otros, cuyos dividendos servirán para mantener la actividad de la obra social y de la fundación.

Este cambio en la segunda mayor caja de ahorros de España será determinante para lo que haga el resto de entidades de ahorro del Estado, según señalaron fuentes económicas y gubernamentales.

Las cajas de ahorros creen que serán capaces de adaptarse al nuevo entorno financiero que se perfilará tras la reestructuración del sector, un proceso difícil, que no obstante debe continuar, reconoció el propio Ministerio de Economía.

Para las cajas, el nuevo entorno contribuirá a "perfeccionar" su modelo, y permitirá la entrada de accionistas ayudando a reducir su influencia política, dijo el secretario general de la patronal de las cajas (CECA), José María Méndez.

Asimismo, el miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), José Manuel González-Páramo, pidió que el plan del Gobierno para reforzar el sistema financiero, que elevará las exigencias de capital básico de los bancos a un mínimo del 8% de sus activos ponderados por riesgo y para las cajas, del 9 al 10 %, tiene que darse a conocer "mejor pronto que tarde".

Por su parte, el secretario general de la CECA explicó que la adaptación de este nuevo plan del Ejecutivo, que da de plazo hasta otoño para que las entidades puedan conseguir más capital, se hará en un momento "muy determinante" para la historia de las cajas.

No obstante, el presidente de la Kutxa, Xabier Iturbe, dudó de que en estos momentos puedan entrar inversores a las instituciones financieras que aporten estabilidad en el accionariado de una entidad.

Una afirmación que no compartió el vicepresidente del Grupo Santander, Matías Rodríguez Inciarte, quien confía en que los inversores privados estarán interesados en entrar en el capital de las cajas.

Por último, Inciarte explicó que los nuevos requisitos de capital son "asumibles" por las entidades, e incluso, el director general corporativo y de finanzas del Banco Popular, Jacobo González Robatto, estimó que su banco alcanzará unos requerimientos de capital mínimos del 9,4%.

Sobre esto, el consejero delegado de Barclays, Pedro Fernández de Santaella, pidió "claridad" sobre el sector financiero español para que los inversores se animen a entrar en su capital, ya que en su opinión, "los fondos públicos probablemente no son suficientes".