Vitoria. El Gobierno deberá rebajar de forma "sustancial" la cifra de 41 años cotizados para que un trabajador pueda optar a jubilarse a los 65 años con el 100% de la pensión si quiere lograr un acuerdo para reformar el sistema de pensiones antes de mañana. Así se desprende de los posicionamientos internos de CCOO y UGT que tratan con este debate de mitigar la renuncia a vetar la jubilación a los 67 años, medida sobre la que ya no se negocia. Así las cosas, la única cuestión que quedaría por atar para que la reforma que el Gobierno va a aprobar mañana cuente con el respaldo de los sindicatos en un entorno de paz social, es la "sustancialidad" de esa rebaja. El Gobierno estaría dispuesto a aceptar 39 años (ya lo ha filtrado a varios medios), pero los sindicatos piden más para tratar de salvar su imagen: 36 o 37 años.

De todas maneras y tras el acuerdo del Congreso el martes respaldando sus planes, el Gobierno puede permitirse no tener prisa. Pese a las amenazas de CCOO sobre "movilizaciones" si no hay un pacto antes de mañana, el equipo de Zapatero (el presidente se ha implicado personalmente en este proceso negociador en la última semana) puede esperar, aprobar mañana el proyecto de ley y seguir negociando paralelamente en el Congreso (con los partidos) y fuera (con los sindicatos), buscando legitimidad. Y es que si logra una mayoría suficiente en la Cámara Baja, una huelga general de CCOO y UGT (que no puede ser inminente) perdería apoyos, y si ata un acuerdo con los sindicatos, la reforma no tendría problemas en las Cortes. El plazo es el que dure la tramitación del proyecto en el Congreso hasta que se convierta en ley.

Así las cosas el Ejecutivo puede marcar los tiempos. Si quiere pacto ya, le basta con rebajar los 41 años quizá a 39 (Salgado ha dicho que estaróian dispuestos, aunque no especificó esa cifra); si se mantiene en sus trece, tiene provablemente un mes para atar el apoyo de CiU (se lo dió el martes) y PNV porque, es previsible, ya cuenta con la abstención del PP (lo hizo el martes).

postura Los sindicatos, tras haber renunciado a las movilizaciones para apurar los plazos de la negociación, son conscientes de esta situación. Su postura es que "no es aceptable establecer un umbral en los 40 años, ya que dejaría fuera a la inmensa mayoría de los trabajadores que no tienen perspectivas de poder completar carreras de cotización tan largas". El secretario confederal de Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano, reconoció que tal y como están las cosas, si el Gobierno acepta una rebaja habrá "con casi toda probabilidad un acuerdo". Ante esto, la advertencia de este sindicato de que si no hay pacto en 24 horas o si éste no incluye "los elementos esenciales de la reforma", la confrontación "será inevitable", pierde contundencia.

Por su parte, la CEOE se frota las manos ya que no está en primera línea de batalla. Hace una semana entraba por la puerta grande a la mesa de negociación y ahora puede mantener silencio porque ya ha dejado patente de que está a favor de todo lo que sea alargar la edad de jubilación. Está con el Gobierno.