BERLÍN. Se trata de carne procedente de un ganadero porcino del distrito de Verden, cuyos animales han presentado índices no tolerables de contaminción por dioxinas y al que se ha ordenado el sacrificio de 140 cerdos, cuyos cuerpos serán incinerados.

El ganadero ha reconocido que mató varios cerdos en enero antes del cierre de su factoría, por lo que ahora se investiga si su carne ha podido llegar hasta el consumidor.

El anuncio de esta posibilidad se produce menos de 24 horas después de que el secretario de estado de Agricultura de la Baja Sajonia, Friedrich Otto Ripken, hubiese descartado tajantemente esta posibilidad.

Desde su ministerio aseguraron hoy que Ripken no tenía todos los datos en su mano cuando rechazó ayer en declaraciones radiofónicas que hubiese llegado a ser comercializada carne de cerdo contaminada con dioxinas.

El anuncio del primer caso de cerdos contaminados tuvo lugar el día en que se hizo público que los ganaderos afectados por los piensos contamiados con dioxinas anunciasen que estudian reclamar más de 100 millones de euros en indemnizaciones a la supuesta responsable del escándalo, la empresa Harles & Jetzsch.

Esta compañía se dedica a la distribución de grasas industriales, y está acusada de comercializar grasas asignadas a la producción de papel para la fabricación de piensos destinados al consumo animal pese a no ser comestibles.