Bilbao. La desconfianza de los mercados en las finanzas del Estado español, que se mide por el diferencial entre el bono a diez años y el alemán al mismo plazo -ayer cerró en 269 puntos, su cota más alta desde noviembre de 2010- y por el coste de los seguros de crédito frente a impagos de deuda (CDS), ha sufrido un nuevo repunte y la deuda española ya tiene el dudoso honor de figurar en el top ten de los bonos con mayor riesgo de impago a nivel mundial.
Las dificultades de la deuda española en los mercados financieros, que se traducen en un sobrecoste de las emisiones que realiza el Tesoro para financiar al Gobierno español, no son una novedad, pues desde hace meses los inversores han extendido al Estado español sus dudas y recelos sobre la solvencia económica de varios países de la UE. De esta forma, la deuda soberana de España y algunas emisiones de empresas han sufrido por el contagio de la crisis griega, de la irlandesa y ahora, de la portuguesa. Y es que los expertos consideran que a medida que aumentan las probabilidades de que Portugal requiera un rescate financiero de sus socios europeos, crece la incertidumbre sobre la economía española. Aunque los expertos afirman que el Estado español tiene margen de financiación suficiente para no tener que pedir el rescate de la UE, debe prepararse ante la posibilidad cada vez más cercana de que Portugal lo requiera. Cuando ello ocurra -explican- España será la siguiente ficha del dominó y la presión de los mercados que tendrá que soportar será mucho mayor.
Pero el contagio portugués no tiene toda la culpa del castigo que está recibiendo la deuda española ni de todos los recelos que suscita la economía estatal. Buena parte de estos comportamientos se basan en la situación económica y en datos como la tasa de paro española (alcanza el 20,6%), que es la peor de la UE y duplica la media de la eurozona (10,1%).
riesgo de impago Ayer la consultora británica CMA situó al Estado español en la lista de los 10 países del mundo que presentan mayor riesgo de impago de la deuda soberana y le atribuyó la segunda peor evolución financiera en el último trimestre de 2010. CMA dio a conocer su Informe sobre Riesgo Crediticio de la Deuda Soberana, que sitúa a España en séptimo lugar en una lista que encabeza Grecia, seguida de Venezuela, Irlanda, Portugal, Argentina, Ucrania, España, Dubai, Hungría e Irak.
El Estado español, al igual que Hungría, entra en este top ten por primera vez, algo que según el informe "guarda relación con la deuda generada por la burbuja inmobiliaria, que ha aumentado en un 50% el coste de protección frente al pago de la deuda soberana".
La incertidumbre sobre la capacidad de los países periféricos de la Unión Europea para hacer frente a los compromisos con sus acreedores protagonizó la jornada de Bolsa de ayer, en la que el Ibex-35 cerró con una caída del 1,46%, e hizo que los inversores siguieran vendiendo bonos españoles, de forma que la rentabilidad del bono a diez años se elevó hasta el 5,566% al cierre de la sesión, mientras que la deuda alemana al mismo plazo está en el 2,874%. Además, el coste de los seguros contra impago (CDS) de la deuda española a diez años subía ayer hasta 349.680 euros anuales por cada diez millones de emisión.
El mayor interés exigido por los mercados en este momento para seguir adquiriendo deuda española (269 puntos básicos) hace que la presión sobre el Tesoro crezca y previsiblemente sus próximas emisiones se encarezcan, ya que los expertos consultados por Efe coinciden en que la rentabilidad ofrecida tendrá que subir para garantizar el éxito de las subastas.
En este sentido, la semana próxima será clave para los mercados de deuda, no sólo para el Tesoro español, que intentará colocar bonos a cinco años el próximo jueves, sino para el portugués que un día antes apelará a los inversores para subastar entre 750 y 1.250 millones en obligaciones a 3 y 10 años. También Grecia buscará el respaldo de los mercados.