madrid. El euríbor a doce meses cerró ayer el mes de noviembre en el 1,540%, su tasa más alta desde junio de 2009, lo que supondrá en las hipotecas suscritas hace un año que se revisen en diciembre subidas aproximadas de 21 euros al mes o 252 al año.
El dato de noviembre, que será confirmado en los próximos días por el Banco de España, supone la segunda subida mensual consecutiva pero es la cuarta vez que las cuotas de los prestamos hipotecarios suben este año, tras los aumentos de 70 euros de agosto, 130 en septiembre y alrededor de 200 en octubre.
evolución Tras situarse ayer en tasa diaria en el 1,53%, dos milésimas menos que el lunes, la media de noviembre supera en tres décimas la que se alcanzó en el mismo mes de 2009 (1,231%), y en cinco centésimas la media mensual de octubre de este año (1,495%). Esto, en números, implica que para una hipoteca media de 150.000 euros contratada en noviembre de 2009, con un plazo de amortización de 25 años y un diferencial del 0,25% que se revise en diciembre, la subida será de 21 euros mensuales o 252 al año.
Después de subir en agosto al 1,421% y elevar las mensualidades de las hipotecas por primera vez en casi dos años, el euríbor cayó ligeramente en septiembre hasta el 1,42%, aunque también entonces repercutió negativamente en los préstamos, para subir de nuevo en octubre al 1,495%.
La tasa de septiembre rompía una racha de cinco subidas mensuales consecutivas que se inició en abril, cuando repuntó hasta el 1,225% y que siguió en mayo, cuando avanzó hasta el 1,249%, en tanto que en junio se situó en el 1,281%, y en julio, en el 1,373%. Olvidados los mínimos históricos de la primavera, el euríbor se sitúa en torno al 1,5%, una zona que, según los analistas, ocupará durante bastante tiempo, siempre y cuando el Banco Central Europeo (BCE) mantenga inalterados los tipos de interés en la zona del euro. Mañana el consejo de gobierno del BCE celebra su reunión mensual, de la que no se esperan cambios en los tipos de interés en la zona del euro y sí indicaciones sobre la salud del euro y las perspectivas de la deuda soberana de países periféricos como Portugal y España. Por tanto, los expertos creen que no habrá sorpresas a corto plazo y que el índice se mantendrá.