Bruselas. Las autoridades de la Unión Europea tienen previsto repetir, a principios del año próximo, los test de resistencia de la banca, con una metodología mejorada. Según reconoció ayer la portavoz comunitaria de Mercado Interior y Servicios, Chantal Hughes, la UE debe "aprender la lección" de los test que fueron publicados en julio. Y es que sólo 7 de las 91 entidades financieras examinadas suspendieron alguna de esas pruebas, pero los test no detectaron, en particular, los graves problemas de los bancos irlandeses, que están en el origen del colapso de las finanzas públicas de ese país y de su consiguiente solicitud de ayuda a los socios europeos. La portavoz no precisó una fecha para la realización de las nuevas pruebas, pero indicó que el Ejecutivo que preside Durao Barroso está ultimando los trabajos preparatorios con el Comité Europeo de Supervisores Bancarios.

Hughes recordó que en 2010 tuvo lugar la segunda fase de las pruebas de solvencia y que las de este año "han ido bastante mejor que las que se hicieron el año pasado". "Vamos aprendiendo poco a poco. Estamos de acuerdo en que hay lecciones que aprender de los test que se han hecho este año", reconoció. "Siempre hemos dicho que esperábamos que hubiera test de manera más regular. Tenemos previsto hacerlos con periodicidad anual. Estamos trabajado con el Comité Europeo de Supervisores Bancarios (CEBS) sobre la metodología que seguiremos el próximo año, y estamos finalizando", comentó.

Aunque el calendario exacto está por determinar, la portavoz indicó que están previstos a principios de año y que tendrán una duración de dos meses. Será la nueva autoridad europea de supervisión bancaria, que se creará a principios de 2011, la que se encargará de coordinar las pruebas de solvencia y resistencia de los bancos.

Más fondos Por su parte y también en relación al inminente rescate a la economía irlandesa y para prevenir posibles contagios a otras economía periféricas, el presidente del Bundesbank alemán y miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), Axel Weber, reconoció ayer la posibilidad de ampliar la aportación de los países de la eurozona al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera en el caso de que fuera necesario. "750.000 millones de euros deberían ser suficientes, pero si no lo fueran, se podrían aumentar", dijo Weber en una conferencia pronunciada en París. El banquero alemán reconoció que el rescate de Irlanda podría costar 85.000 millones de euros que se sumarían al rescate de Grecia, cifrado en un importe de 110.000 millones de euros, pero se mostró claro: "Cualquier ataque contra el euro no tienen ninguna posibilidad de éxito", añadió.

A este respecto, el mandatario del BCE y uno de los principales candidatos a suceder el próximo año al frente del instituto emisor europeo a Jean Claude Trichet, aseguró que los gobiernos de la zona euro "harán aquello que sea necesario para defender al euro".

Asimismo Weber se posicionó de nuevo a favor de la tesis defendida por la canciller alemana, Angela Merkel, que ha instado a establecer un mecanismo europeo permanente de resolución de crisis que no excluya las responsabilidades de los inversores a la hora de asumir los costes de potenciales rescates en el futuro, algo a lo que se opone el presidente del BCE. "De cara a no distorsionar los incentivos para los inversores, los acreedores privados no deberían librarse de sus responsabilidades", dijo Weber, quien acusó a algunos países del euro de haber vivido "por encima de sus posibilidades".

Cábalas Según los cálculos del banco HSBC citados por The Wall Street Journal, Portugal necesitaría unos 51.500 millones de euros en los tres próximos años para cubrir su déficit y refinanciar vencimientos de deuda, mientras que en el caso de España estas necesidades alcanzarían los 350.000 millones de euros, lo que pondría a prueba la capacidad del actual fondo de rescate.