MADRID. El deterioro del consumo y la inversión, especialmente en bienes de equipo, provocaron que la economía española registrara un crecimiento nulo en el tercer trimestre del año respecto al trimestre anterior, en el que el PIB creció un 0,3%, informó el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En tasa interanual, la economía española creció un 0,2% en el tercer trimestre, su primer repunte en dos años, gracias a la mejora del consumo, que aumentó un 1%, pues la inversión se contrajo un 7%.

El PIB interanual no crecía desde el tercer trimestre de 2008, cuando subió un 0,3%. Según el INE, la contribución negativa al crecimiento agregado de la demanda nacional aumentó medio punto, desde el -0,3% del segundo trimestre al -0,8% en el tercero, mientras que la demanda externa elevó siete décimas su aportación al PIB.

El INE ha revisado al alza el crecimiento trimestral del PIB en el segundo trimestre, que ha pasado del 0,2% al 0,3%, así como la tasa interanual del segundo trimestre, que desde el -0,1% ha pasado al -0,0%.

El estancamiento trimestral del PIB fue consecuencia del menor consumo, que cayó un 0,9% entre julio y septiembre frente al crecimiento del 1,3% en el segundo trimestre, y del recorte de la inversión, que se contrajo un 3%, más de dos puntos por encima de la caída experimentada en el trimestre anterior.

El gasto en consumo de los hogares bajó en el trimestre un 1,1%, su primera caída tras tres trimestres al alza. En el segundo trimestre, este indicador experimentó un crecimiento del 1,5%. Por su parte, el gasto en consumo de las administraciones públicas se redujo un 0,4%, frente al crecimiento del 0,7% que se registró en el segundo trimestre.

La inversión se contrajo un 3% entre julio y septiembre, 2,4 puntos más que en el segundo trimestre, con un fuerte recorte de la inversión en bienes de equipo, que ha pasado de crecer un 4,2% en el segundo trimestre a caer un 5,2% en el tercero. Por su lado, la inversión en construcción bajó un 3,2% en el trimestre, frente al -2,2% del segundo trimestre, en tanto que la inversión en otros productos creció un 1,5%, frente al -2% del segundo trimestre.

PEOR COMPORTAMIENTO DE LA DEMANDA NACIONAL

El INE destacó que en el tercer trimestre se observa un cambio en el patrón de comportamiento respecto al trimestre anterior. Así, la contribución negativa al crecimiento agregado de la demanda nacional aumentó medio punto, desde el -0,3% del segundo trimestre al -0,8% en el tercero, mientras que, por el contrario, la demanda externa elevó siete décimas su aportación positiva al PIB, desde 0,3 a 1 punto.

Dentro de la demanda interna, sus dos principales componentes, el consumo de los hogares y la inversión, mostraron un comportamiento más negativo en el trimestre. Así, el gasto en consumo final de los hogares creció un 1,4% en tasa interanual, ocho décimas menos que en el segundo trimestre, con una evolución más desfavorable del consumo de bienes duraderos.

Estadística explicó que en ello ha influido la anticipación de las compras por la subida del IVA, la reducción continuada de las remuneraciones de los asalariados, y la eliminación de los estímulos fiscales al consumo. De hecho, las matriculaciones de vehículos cayeron un 25% tras tres trimestres consecutivos al alza.

Por su lado, el gasto de las administraciones públicas desaceleró dos décimas su crecimiento interanual, hasta el -0,1%, en sintonía con la evolución de los sueldos de los trabajadores del sector.

Por su parte, la formación bruta de capital fijo registró una tasa interanual negativa del -7%, frente al -6,8% del trimestre anterior. Dentro de la inversión, el comportamiento más favorable correspondió a los bienes de equipo, que aumentaron un 2,4%, si bien se han desacelerado notablemente en comparación con el crecimiento del segundo trimestre (8,7%).

La inversión en construcción se aceleró en el tercer trimestre dos décimas, hasta el -11,6%, si bien se aprecia un menor descenso de la inversión en vivienda, desde el -19,3% al -16,4%. El resto de construcciones, tanto de edificios no residenciales como de infraestructuras, retrocedió hasta el -8,5%.

El PIB a precios corrientes avanzó en el tercer trimestre un 1,6% en tasa interanual, un punto por encima del dato del segundo trimestre. De esta manera, el deflactor implícito de la economía se situó en el 1,4%, ocho décimas superior a la del trimestre anterior.

SE DESACELERAN LAS EXPORTACIONES E IMPORTACIONES

Los datos de Estadística ponen de manifiesto que la demanda exterior incrementó su contribución al PIB siete décimas. Tanto las exportaciones como las importaciones registraron tasas interanuales de crecimiento positivas, pero menos intensas que las del segundo trimestre.

En concreto, las exportaciones de bienes y servicios registraron una variación interanual del 8,7% en el tercer trimestre, frente al 11,6% del trimestre anterior, como consecuencia de la moderación de la demanda nacional en los países destino, fundamentalmente de la Unión Europea. Por su parte, las importaciones de bienes y servicios desaceleraron su crecimiento interanual desde el 9,3% al 3,9%.

Desde la óptica de la oferta, la evolución interanual del valor añadido bruto de las ramas de actividad, a nivel agregado, varió según los casos. Mientras que las ramas industriales y las de los servicios avanzaron un 2,3% y un 0,9%, respectivamente, las de agricultura y construcción mostraron tasas negativas del 2,2% y del 6,8%.

CASI 295.000 EMPLEOS DESTRUIDOS EN UN AÑO

El empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, registró en el tercer trimestre una reducción del 1,7%, frente a la tasa del -2,5% registrada en el segundo trimestre del ejercicio pasado, lo que se tradujo en la destrucción de casi 295.000 puestos de trabajo en un año.

La mayor contracción de la ocupación en el tercer trimestre se dio en la construcción, que registró un retroceso interanual del 9,5%, aunque este dato fue mejor que el del segundo trimestre (-12,2%). A continuación se situaron las ramas industriales y energéticas (-3,4%) y las ramas de los servicios (-0,4%). Por su parte, las ramas agrarias y pesqueras registraron un crecimiento de la ocupación del 1,3%.

La productividad aparente por puesto de trabajo equivalente se redujo siete décimas, desde el 2,6% al 1,9% en tasa interanual, mientras que el crecimiento de la productividad por hora efectivamente trabajada aumentó desde el 0,8% al 1,4%.

Por su parte, la remuneración de los asalariados estabilizó su crecimiento negativo en el -0,9%, como consecuencia de la moderación en la caída del número de asalariados (del -2,4% al -1,3%), compensada por el descenso de la remuneración media por asalariado, desde el 1,5% al 0,5%. De esta forma, el coste laboral por unidad de producto se desaceleró cuatro décimas, hasta el -1,4%, casi tres puntos por debajo del deflactor implícito de la economía.