vitoria. No hace mucho que hablar de Kemen era hablar de uno de los grandes referentes en el mercado nacional del mueble para oficina; no hace tanto. Desde hace algunos meses, sin embargo, sus vanguardistas catálogos y producciones ya no sirven sino para engordar los libros de historia. La crisis, argumenta la firma norteamericana Haworth -propietaria de Kemen-, se ha llevado por delante el negocio. La planta de Vitoria, insisten, hace tiempo que no es rentable y sólo existe la opción de su cierre. Y con él, el despido de los 120 trabajadores que actualmente componen su plantilla y que, lógicamente, no comparten esta tesis. Creen que la situación puede revertirse. En este contexto, con una deuda reconocida por la compañía de 800.000 euros y unas previsiones de futuro altamente inciertas, la situación resulta cada vez más insoportable. Y a la plantilla, que hace meses que decidió socializar su problema en Vitoria, se le está acabando la paciencia.

En un intento desesperado por encontrar una solución, parte del comité de empresa se personó el pasado jueves sin previo aviso en las oficinas de Haworth en Madrid para conocer de "primera mano" las intenciones del grupo. Después de varias tentativas la representación sindical logró reunirse con el presidente en Europa de la multinacional, José Amaral. De los detalles de la reunión dieron cuenta ayer. En plena calle, a viva voz. Frente al Parlamento, donde la plantilla se manifestó por enésima vez para denunciar lo que consideran una "cacicada" y anunciar que esta semana "habrá noticias".

mejora de las condiciones Inmersa en un proceso concursal desde mayo y con un ERE de extinción que afecta a la totalidad de la plantilla que la empresa presentó en el juzgado de lo Mercantil esta semana, quien más quien menos asume el inminente cierre de Kemen, pero no las condiciones. Y de eso irán las noticias que la semana que viene llegarán de Madrid. "Esperemos que mejore y mucho la oferta que nos ha presentado, 33 días por año trabajado y 22 mensualidades como indemnización", señalaba ayer el portavoz del comité, Alberto Gómez Segura.

Del improvisado encuentro en Madrid puede esperarse una mejora de la oferta, confían los trabajadores, aunque también son conscientes de que Haworth no se moverá un ápice de sus planteamientos de rentabilidad. "Podemos llegar a un acuerdo y trabajaré por ello, pero si se tensa mucho la cuerda se puede romper", advirtió Amaral a los representantes de la plantilla el pasado jueves. Aunque no existe nada concreto, no es descartable que la compañía pueda hacer uso del valor de los terrenos de Gamarra donde se asienta actualmente la fábrica de Kemen para costear parte de la oferta. Según una firma de tasación, éstos tendrían un valor de mercado de unos 4,5 millones de euros.