vitoria. Nueve meses les ha durado la gasolina a las ventas en las grandes superficies vascas. La estadística tropezó en julio con la subida del IVA y la tendencia cambió de color precipitándose de nuevo hacia números rojos. Según informó ayer el Eustat, los vascos compraron un 1,1% menos en julio de este año que justo doce meses antes. Se trata del primer retroceso desde octubre del año pasado, cuando el dato abandonó definitivamente la zona negativa.
A partir de entonces el segmento de los centros había mejorado mes a mes sus cifras interanuales. La dinámica contaba con el lastre de señalar la mejora frente al espejo del nefasto 2009, pero generaba ciertas expectativas que habían empezado a ensombrecerse en abril con crecimientos residuales y que ahora son ciertamente oscuras. Máxime cuando a la relativamente testimonial caída de julio hay que sumarle el impacto en los precios del IVA y de la inflación.
Con el mismo volumen de operaciones de venta, la facturación de este año hubiera superado la de 2009 por el peso de la inflación y la nueva carga impositiva. Y al contrario, situarse por debajo de las cifras de hace doce meses implica que el efecto inflacionista ha quedado absorbido por la bajada de la ventas. La caída real ha superado con toda seguridad el 1,1% que señala el dato. Por territorios, sólo Gipuzkoa logró mantenerse en zona positiva, más de un 3%, pero su impulso ha quedado oculto por la mala evolución de Bizkaia y Álava.
El parón de consumo durante la crisis ha generado cambios en las costumbres de las familias, que realizaban la mayoría de sus compras, incluidas las de productos alimenticios, en los centros comerciales en detrimento de las tiendas tradicionales. Sin que se haya producido un vuelco, los últimos datos apuntan una caída del 4,5% en las ventas de alimentación en los supermercados. En cambio las ventas de otros productos crecieron un limitado 0,5%.