tokio. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ayer en su primera visita oficial a Japón las reformas del mercado laboral y del sistema de pensiones español para tranquilizar a los inversores del país asiático, a los que invitó a incrementar su presencia en España.

Zapatero comenzó la jornada en el Japan National Press Club, la principal asociación de prensa del país, y concluyó el día con una cena con el primer ministro japonés, Naoto Kan, con quien acordó fomentar las relaciones comerciales y la colaboración en ciencia y tecnología.

Ante los periodistas japoneses, que expresaron sus dudas sobre la salud de la economía española y la preocupación de los inversores por su deuda, Zapatero ratificó la "seriedad y fortaleza" del Tesoro español y destacó el éxito de las últimas emisiones de deuda.

Tras estimar que el país ha sabido superar los rumores con el proceso de ajustes y reformas emprendido, garantizó que "España ni ha pedido, ni ha necesitado, ni necesita asistencia ni de la Unión Europea ni del FMI".

Según explicó, quedan "dos o tres años de reformas y de aplicación de estas reformas" en los que España debe crecer sin incrementar el gasto público y en los que "el gran tema" será si el país es capaz de crear empleo con ese crecimiento "débil".

En este contexto, defendió la reforma laboral diseñada con la oposición sindical porque, dijo, "los sacrificios de hoy" son "la puerta al bienestar de mañana".

"Un gobierno responsable sabe que hay momentos en la historia de su país que tiene que tomar decisiones, aunque éstas sean difíciles y duras; lo he hecho y lo seguiré haciendo si es necesario, porque está en juego el futuro del bienestar del país", aseveró.

Zapatero mostró su respeto ante la convocatoria de huelga general y garantizó que "al día siguiente de la huelga" continuará con esa misma actitud de diálogo.

Tras defender la solidez del sistema financiero español, la austeridad de los próximos presupuestos y su compromiso de reducir el déficit, se mostró convencido de que las reformas en marcha representan "uno de los mayores procesos de transformación de la economía española de las últimas décadas".

Enmarcó en ese contexto también la reforma del sistema de pensiones. El jefe del Ejecutivo volvió a apostar por elevar la edad legal de jubilación de forma progresiva, desde los 65 años de la actualidad hasta los 67, y mejorar el grado de contribución del sistema. Reiteró en que confía en aprobar el proyecto de ley antes de fin de año.