Vitoria. La industria vasca continúa débil pero su pulso late más fuerte. Según los datos del Eustat, el Índice de Producción Industrial (IPI) de la CAV apuntaló su mejoría el pasado mes de junio cerrando su primer trimestre con crecimiento interanual desde marzo de 2008. Son dos fechas sintomáticas dentro de la crisis: el momento en el que la crisis sumió definitivamente a la economía mundial en un largo letargo y el instante en el que parece que la actividad productiva empieza a despertar.

El IPI subió en concreto un 4% en el segundo trimestre de este año. El repunte está distorsionado por la depresión que sufrió la actividad en el mismo periodo del año pasado, con crecimientos interanuales negativos del 25%. Cualquier comparación con ese periodo resulta ventajosa, si bien es cierto que tras frenar la caída, la industria empieza a registrar valores positivos. Todo ello a pesar de que de mayo a junio el IPI de la CAV dio un pequeño paso atrás (-1%) que cabe interpretarse como una señal de la debilidad sectorial y de lo difícil que será dejar atrás la crisis.

Álava capitalizó la mayor parte del repunte de junio, con un crecimiento del 13,5 %. Es el territorio que más dinamismo industrial está mostrando debido a su estructura industrial, compuesta por varias multinacionales como Michelin y Mercedes y reforzada por empresas locales de gran tamaño -Aernnova, Cegasa y Tubos Reunidos-. Cuando esa maquinaria arranca, su impacto se nota en la estadística.

Algo similar ocurre con Bizkaia, territorio de cabecera de Petronor, Iberdrola, ACB o Gerdau Sidenor Basauri. Con esos motores la producción industrial creció más de un 5% en junio. En cambio, Gipuzkoa basa su economía en las pymes y el Grupo Mondragón. Su industria sigue retrocediendo, un 2,3%.

El análisis sectorial de la evolución del IPI pone en evidencia que el consumo doméstico no sale del parón. La industria del cuero y el calzado cayó un 37% el pasado mes de junio, mientras que la actividad textil, también relacionada con el vestido, bajó un 4%. En cambio, la industria de la alimentación subió un 4%. En definitiva, los vascos compran lo básico en alimentos y se lo piensan mucho a la hora de adquirir ropa.

Las fábricas de caucho y plástico (29%) y el refino de petróleo (22%) fueron las que más dinamismo mostraron. Michelin, en Álava, y Petronor, en Bizkaia, son las grandes referencias vascas en esos sectores. La factoría alavesa exporta las ruedas de tractores más grandes del mundo, y la refinería, con una capacidad anual de once millones de toneladas, es la mayor planta de tratamiento de crudo del Estado. Ambas son actividades que generan en principio poco valor añadido. El verdadero arranque de la economía llegará cuando se reactiven definitivamente las industrias de alto contenido tecnológico. También cuando remonten otros subsectores que surten de materias primas al resto como la minería y la generación de energía eléctrica, que retrocedieron un 22% y un 6,5% el pasado mes de junio.