Vitoria. La de ayer no fue la primera huelga general en Euskadi desde hace demasiado tiempo. Apenas hace un año, los sindicatos nacionalistas convocaron otra y los trabajadores del sector público vienen de celebrar sendos paros convocados por las centrales abertzales y las de ámbito estatal respectivamente apenas hace un mes. Y el entrenamiento parece haber cundido porque, si bien el seguimiento registrado ayer al doble llamamiento al paro general -de ELA, LAB, STEE-EILAS, ESK, EHNE e Hiru, por un lado, y CCOO-Euskadi, por otro- en protesta por la recientemente aprobada reforma laboral no puede considerarse total ni mayoritario, sí que tuvo una incidencia en el transcurso de la jornada mayor que la cita de hace un año, con una trascendencia desigual pero notable en algunos sectores como el industrial. Baste un dato: ayer el consumo de energía en Euskadi había bajado hasta las 14.00 horas un 25% respecto al lunes y un 31% con relación al martes de la semana pasada, según datos del Departamento de Industria.
Yendo por partes, probablemente el sector donde el respaldo a la huelga general fue menos perceptible para la ciudadanía, al haberse decretado servicios mínimos equiparables en muchos casos a los de un día festivo, fue en la Administración Pública. Entre los funcionarios del Gobierno Vasco, el seguimiento contabilizado por ELA y LAB fue del 55%, mientras que en los ayuntamientos de las tres capitales vascas rondó el 70% y en las diputaciones forales fue menor, aunque en este caso no facilitaron porcentajes. En la Administración de Justicia el paro fue calificado de "desigual" y de "parcial" en el ámbito sanitario, en el que los sindicatos denunciaron que más del 80% del personal se vio obligado a realizar servicios mínimos.
La portavoz del Ejecutivo de Vitoria, Idoia Mendia, dijo, con los datos contabilizados hasta las 12 del mediodía, que el seguimiento del paro fue "desigual y no se puede calificar de una huelga exitosa". Señaló también que la repercusión de la huelga en las plantillas de la sanidad pública vasca fue del 6,36% de media en los tres territorios y que, en general, el paro en el funcionariado dependiente del Ejecutivo autonómico no rebasó el 5%, mientras que situó la incidencia en el sector privado entre el 19 y el 25%.
Euskotren y Euskotran, por su parte, informaron de que desarrollaron con normalidad los servicios mínimos fijados por el Ejecutivo y de que se ofrecieron también "una buena parte del resto de los servicios de transporte habituales en días laborables". Entre la habitual guerra de cifras, los sindicatos se mostraron satisfechos por el seguimiento logrado, mientras que patronal y Ejecutivo restaron trascendencia real a la convocatoria. En muchas zonas industriales de Gipuzkoa el paro fue prácticamente total (en el 80% de las empresas paró más del 70% de los trabajadores según las centrales abertzales) y muy amplio también en Bizkaia y Álava, una media del 65% según los sindicatos.
En la construcción también se dejaron notar los efectos de la convocatoria según los sindicatos, algo menos en el sector servicios, quizá uno de los más afectados por los piquetes informativos que recorrieron las ciudades a lo largo del día, aunque en Gipuzkoa especialmente el seguimiento del paro en este sector también fue importante, sobre todo en el territorio y en la Parte Vieja donostiarra.
incidentes En el apartado de incidentes, los hechos fueron abundantes, con un saldo total de tres detenidos, trece imputados por desórdenes públicos y dos agentes de la Ertzaintza contusionados. Dos de las detenciones se produjeron en Vitoria, durante sendos altercados en los que resultaron heridos leves dos ertzainas. La Ertzaintza intervino utilizando material antidisturbios y arrestó a una persona por insultos, amenazas, resistencia y negativa a la identificación y posteriormente detuvo a otro ciudadano como presunto autor de la agresión a uno de los ertzainas. En el Casco Viejo de Bilbao fue arrestada una mujer que formaba parte de un piquete por proferir insultos "de forma reiterada" a los agentes.
En la capital vizcaína, un grupo de manifestantes arrojó mesas y sillas de las terrazas de las calles y accedió a varios establecimientos amenazando a los trabajadores, por lo que la Ertzaintza intervino con material antidisturbios después de que la empleada de uno de los comercios resultara agredida, explicaron fuentes citadas por Efe. También algunos huelguistas pincharon las ruedas de un autobús de línea en la capital vizcaína y cruzaron contenedores en los alrededores del Casco Viejo para tratar de cortar el servicio de tranvía.
Según Interior, en el resto de la Comunidad Autónoma Vasca la tónica general fue la "normalidad y escasez de incidentes" salvo la presencia de piquetes a primera hora en el entorno de polígonos industriales, grandes empresas, mercados y terminales de autobuses. Los accesos a las ciudades no presentaron problemas pese a que en Santurtzi y Sestao, en el barrio de Deusto de Bilbao y en Donostia se produjeron intentos de cortar carreteras. Hacia las siete de la mañana, un sabotaje en la catenaria en Zalla cortó la línea de tren Bilbao-Balmaseda por espacio de una hora.
En Abanto se pincharon las ruedas de varios autobuses públicos para intentar paralizar el servicio. En Bilbao se produjo un enfrentamiento entre un piquete de los sindicatos nacionalistas que causó destrozos en una sede de BBK en la Gran Vía y un grupo de fotógrafos de prensa que estaba en el lugar.