madrid. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, descartó ayer la posibilidad de desarrollar nuevas medidas para reducir el déficit porque, a su parecer, el proceso de consolidación y reducción aprobado por el Gobierno va a dar "resultados positivos". Así lo puso de manifiesto Zapatero, en rueda de prensa tras entrevistarse en Madrid con el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn. El jefe del Ejecutivo aseguró que todas las medidas que han sido planificadas y que ya están en marcha facilitarán que el país consiga reducir el déficit al 6% en el año 2011, al tiempo que agradeció el compromiso de las comunidades autónomas en este sentido.

Además, señaló que las reformas puestas en marcha se enmarcan en el convencimiento de que hay que llevar a cabo una acción "decidida" que se planificó el pasado diciembre y que tendrá que culminar "prácticamente" antes de que empiece el otoño para que el cuadro de reformas "esté claro". Sobre si las medidas antidéficit mermarán el crecimiento español, aseguró que no deberían afectar a la recuperación y al crecimiento de la economía si el Gobierno acierta con ellas, las dota de la fuerza necesaria y generan confianza en el país.

En cuanto al proceso parlamentario para aprobar la reforma laboral Zapatero indicó que debe hacerse lo más rápidamente posible y por eso es partidario de trabajar en julio y agosto si es necesario. El presidente del Gobierno dijo que todas las reformas laborales se han tramitado como proyecto de ley incluso cuando tenían menos envergadura que la actual. La materia "exige" el trámite de enmiendas en el Parlamento, subrayó el presidente, quien en cualquier caso dijo que el proceso debe hacerse lo "más rápidamente posible", previsiblemente en el mes de julio, para garantizar "seguridad".

Por otro lado, Zapatero aseguró ayer que le "gustaría" que "se agilizara" el trabajo de los Grupos Parlamentarios en el Pacto de Toledo para "acelerar" la reforma de las pensiones, aunque inmediatamente añadió que no es cosa del Gobierno imponerle "ritmos" al Parlamento. "Más bien suele ser al contrario", apuntó. Aunque, señaló que, en todo caso, el Grupo Parlamentario Socialista "hará todo lo posible" para acelerar esta reforma. "Como es tradicional, los Grupos Parlamentarios tienen que buscar una acuerdo, y a mí me gustaría que ese trabajo se agilizara y fuera lo más rápidamente posible", subrayó. No obstante, el jefe del Ejecutivo afirmó que esta reforma, aunque "muy necesaria", no es tan urgente como la reducción del déficit público, pues se trata de una iniciativa para garantizar la viabilidad del sistema de la Seguridad Social "pensando en los próximos 15, 20 ó 30 años".

Por ello, garantizó que la reforma de pensiones se tramitará como proyecto de ley y no mediante decreto, y confió en que obtenga el máximo consenso. "Hablar de la sostenibilidad del sistema de pensiones a medio y largo plazo exige un gran consenso, aunque el Gobierno mantiene las posiciones conocidas en torno a la reforma del mismo", dijo. Entre las propuestas que en su día remitió el Gobierno al Parlamento para reformar las pensiones se encuentra la de elevar gradualmente la edad legal de jubilación desde los 65 años actuales a 67, medida que generó una gran polémica.