madrid. La reforma laboral que aprobará el Gobierno el 16 de junio será "sustantiva" según prometió ayer el Gobierno, que es optimista con la posibilidad de tener el apoyo del principal partido de la oposición, el PP, así como de CiU y el PNV.

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, subrayó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que el Ejecutivo hará todos los esfuerzos para lograr "el mayor apoyo posible" de los partidos políticos. Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, rechazó que el diálogo con los agentes sociales, a pesar de haber fracasado, haya sido baldío, y en este sentido insistió en que la reforma que se apruebe será en buena parte fruto de dicho diálogo.

"El trabajo está ahí, no ha sido posible el acuerdo global pero gracias a ese diálogo se va a aprobar una reforma ambiciosa, sustancial, que va a colocar a nuestro país en la situación de ese crecimiento sostenible y con un modelo productivo más adecuado a la realidad", añadió.

La vicepresidenta primera apuntó además que el Gobierno trabaja con la "tranquilidad" de haber hecho un "trabajo serio y riguroso" en la búsqueda de un acuerdo.

Acuerdo que ahora el Ejecutivo buscará en los partidos políticos, para conseguir que el decreto se convalide en el Congreso el próximo 22 de junio, según apuntó de la Vega.

Señaló que, como en todas las "reformas estructurales importantes", se buscará el máximo consenso parlamentario. Eso será a partir del lunes, cuando el Gobierno iniciará una ronda de contactos con los partidos.

El Ejecutivo ha admitido su optimismo ante la posibilidad de que el principal partido de la oposición, el PP, así como CiU y PNV, acaben apoyando la reforma laboral que va a aprobar por decreto el 16 de junio y cuya convalidación en el Congreso se debatirá el día 22.

No obstante, fuentes del Gobierno admitieron, tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros, que habrá que esperar a que estos partidos conozcan con detalle la propuesta de reforma que les presente y puedan estudiar la letra pequeña antes de dar su voto favorable.

Desde el Ejecutivo se constata una "actitud favorable" del PP, y así espera comprobarlo el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, en la reunión que mantendrá con el portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, el próximo martes.

También ven receptivos a CiU y al PNV, partidos que para el Gobierno pueden encontrarse cómodos con la propuesta que les exponga. El presidente de CiU, Artur Mas, se apresuró ayer a advertir de que no dará un "cheque en blanco" al Gobierno a la hora de aprobar el texto. Se mostró partidario, pues, de que el Gobierno legisle en esta materia, ya que de lo contrario, avisó, "ni la economía remontará ni la riqueza se podrá distribuir justamente". CiU no está dispuesta a darle un "cheque en blanco". "Habrá que ver qué pone sobre la mesa el Gobierno para ver si es pactable o no o si se incorporan ideas de los demás, porque una vez más nos necesitan", dijo Mas.

El Ejecutivo cuenta ya con que Izquierda Unida no va a apoyarles, aunque llamará "por cortesía" a su diputado, Gaspar Llamazares, para presentarle el documento con los ejes de la reforma.

A partir del lunes el Gobierno iniciará una ronda con todos los portavoces parlamentarios para exponerles las principales líneas de la reforma, cuyo decreto-ley aprobará el 16 de junio en Consejo de Ministros.