Vitoria. La crisis también ha alterado el mapa logístico de Europa. Desde hace dos años, el sector automovilístico asiste a un cambio de tendencia en el que compañías como Mercedes han tenido que fondear en nuevos caladeros del Este europeo en busca de proveedores más competitivos. En unos casos porque la crisis se ha llevado por delante a empresas vascas y españolas con las que históricamente la firma germana siempre había mantenido una estrecha colaboración; en otros, simplemente, por la necesidad de encontrar nuevas oportunidades de negocio en un escenario generalizado de contención del gasto. Sea como fuere, el caso es que la relación de Mercedes con sus proveedores nacionales y extranjeros ya no es la misma desde hace 24 meses. En estos momentos, la planta de Ali se nutre cada día de las piezas que le envían sus 443 proveedores, de los que 323, es decir, casi el 80%, son ya extranjeros, fundamentalmente de Europa central y del Este. Años atrás la realidad era justamente la contraria.
Rumbo a europa del este Esta tendencia, además de ascendente, resulta peligrosa, y sus consecuencias son significativas tanto desde el punto de vista económico como social. Baste como ejemplo el propio caso de Mercedes. Sólo su cinturón auxiliar de proveedores en Euskadi engloba a casi un centenar de pymes que dan empleo a unos 2.000 trabajadores. En el resto de comunidades, donde también son habituales este tipo de matrimonios (véanse los casos de Nissan en Zaragoza o Renault en Valladolid), el epicentro de la gravedad es el mismo: la competitividad ha caído. "De un tiempo a esta parte hay pocas firmas en España capaces de asumir nuevos pedidos y productos acordes a las necesidades del mercado actual, y en este sentido son poco competitivas", advertían hace unas semanas en el foro Transmodal los responsables de los procesos logísticos de Pilotaje y Material de Mercedes en Vitoria, Pascuale Rota y Francisco del Río.
De momento, la multinacional alemana está extendiendo este mensaje en diversos foros empresariales para advertir del peligro y tratar de encontrar compañeros de viaje. En Álava uno de ellos podría ser la Cámara de Comercio, con quien la empresa alemana se reunirá en breve para profundizar en esta cuestión. La gravedad de este asunto preocupa y mucho a los rectores de esta entidad, que ya ha comenzado a analizar de qué forma se podría reducir ese déficit competitivo. "Esta es una cuestión que afecta a mucha gente, así que debemos ponernos todos las pilas cuanto antes", advertía hace unas semanas su director general, Eduardo Mozo de Rosales.
Entre las alternativas de futuro, Mercedes propone a su red de proveedores en Europa que presten atención a los movimientos de las grandes marcas, tendentes a simplificar los procesos comerciales en sus centrales de compras. "Sería bueno que incidieran en el marketing, que se dieran a conocer más y que supieran venderse mejor, porque igual en Alemania o Japón no se les conoce tanto como en Vitoria o Barcelona", intuye Del Río.
reto logístico En esta línea de futuro, el reto logístico que se plantea Mercedes es "pasar de ser cliente a proveedor". Esta filosofía es ya una realidad en su proyecto de Fuzhou (China), donde ha comenzado a fabricar modelos Vito y Viano a través de una joint venture (sociedad participada) con un socio local y otro tailandés. A día de hoy, el 95% de los componentes que necesitan estos modelos parten de Vitoria, que previamente los recepciona de su red de proveedores europeos en un almacén en Júndiz que emplea a 135 trabajadores. El resultado de esa actividad global son unos 320 contenedores al mes que se envían por tren hasta el puerto de Barcelona y de allí, por barco, a China. Todo este proceso logístico tiene un impacto sobre el costo final de las furgonetas que en estos momentos es un 150% superior a lo previsto. "Para 2011 tenemos que ser capaces de reducir un 50% ese coste", anuncia Del Río. Para hacerlo, sostiene, el camino es el siguiente: "Optimizar los procesos, flexibilizar la terminal de Júndiz y reducir los costes de embalaje y transporte".
Esta misma filosofía de ajuste, se intuye, serviría también para sus proveedores de ahora en adelante. Porque el futuro, aseguran en Mercedes, pasa por un cambio de mentalidad y una nueva forma de entender y hacer el trabajo más eficiente y competitivo. De aceptarlo o no dependerá la supervivencia de su planta en Vitoria, que a finales de año sabrá si el nuevo modelo que proyecta Daimler, el VS20 (vehículo que sustituirá a los actuales Vito y Viano a partir del año 2014), recaerá en la capital alavesa o no. Una década de trabajo está en juego.