vitoria. ¿Qué le han parecido las medidas de ajuste del lehendakari Patxi López?

Son medidas dolorosas pero necesarias. No han sido adoptadas unilateralmente, ya que ha habido un pronunciamiento claro de Europa, que ha sido quien las ha forzado porque se estaba poniendo en peligro la economía europea e incluso la recuperación de la economía mundial. Pero dicho esto, hay que añadir que han sido tardías, ya que al igual que con la reforma laboral ha habido tiempo suficiente para pensar sobre esto y anticiparse.

¿Le parecen suficientes?

Estas medidas nos pueden resolver el problema de hoy, pero no el de mañana. Creo que son necesarias unas reformas estructurales que todavía no se han dado, como la reforma de las administraciones públicas, la ya citada del mercado de trabajo, la del sector energético, la del sector financiero y la de la vivienda y el suelo. Son cuestiones que se están retrasando peligrosamente.

¿Echa en falta entre las medidas anticrisis de Zapatero referencias a la creación de empleo y a la inversión productiva?

La reforma laboral puede ayudar a generar empleo, pero para generar empleo hay que sanear la economía. Mientras no se haga eso no se genera empleo y mientras no se cree trabajo la economía no va a estar bien. Todas estas ayudas estructurales sí van a ayudar a que la economía mejore y seamos más competitivos, no sólo las empresas sino el país.

La apuesta pública por la I+D parece haber decaído el último año, sobre todo a nivel presupuestario.

Para Euskadi es clave que la política en I+D, así como la de internacionalización, sea clara. No es bueno que se recorten ahí los presupuestos. Las administraciones verán por qué lo están haciendo, probablemente porque no hay fondos. Pero yo sería lo último que cortaría, porque es lo que va a favorecer el desarrollo futuro.

¿Qué consecuencias puede tener la "enmienda Florentino" para nuestras empresas?

Más allá del caso concreto de Iberdrola, es una medida que tiene un riesgo importante porque sitúa a las empresas vascas y españolas en el punto de mira de multinacionales extranjeras para las que puede ser apetecible hacerse con el control de nuestras compañías.

¿Es partidario de una fusión fría de las cajas vascas?

Nosotros desde un principio hemos sido partidarios de la fusión porque se crearía un entramado financiero de mucho nivel, lo cual ayudaría a resolver el problema financiero de este país, que tan necesario es para las empresas vascas. ¿Fusión fría o no fría? Yo no les voy a decir cómo lo tienen que hacer, eso les corresponde a sus órganos de gobierno, pero sí sería deseable que se llevase a cabo una fusión y que cogiese una dimensión adecuada.

¿Hay que tocar el impuesto de sociedades o está bien en el 28%?

Las empresas queremos tener las mismas condiciones tanto laborales como fiscales que nuestros competidores. Nuestros competidores ya no están sólo en Eibar o en Burgos, sino que están dentro de la Comunidad Europea y dentro de un mercado global. Pretendemos tener unas condiciones mínimamente equiparables al mercado europeo y, por tanto, queremos que el impuesto de sociedades coincida con la media europea, no como el más barato, pero tampoco como el más caro.

¿En qué medida pueden afectar a las empresas y a los empresarios las últimas especulaciones sobre un posible final dialogado de ETA?

En este momento a los empresarios, según dónde esté situado cada uno, les puede tocar, pero estamos más atentos a la salida de la crisis que a todo lo demás. Hemos tenido tantos altibajos y tantos contratiempos relacionados con las amenazas de ETA que no nos atrevemos a echar las campanas al vuelo.

¿Siguen los empresarios vascos recibiendo amenazas y cartas de extorsión?

Sí, en un nivel parecido al que hemos tenido siempre. No se puede hablar de oleadas, pero hay un flujo regular que está ahí, y eso tampoco se puede negar.