Al finalizar 2009 las familias y empresas residentes en la Comunidad Autónoma Vasca tenían una deuda de 81.106 millones de euros con el sector financiero (bancos, cajas y cooperativas). Dado que la tasa de morosidad oficial era del 5,08% en diciembre, eso supone que los vascos no podrán pagar o tendrán grandes dificultades para devolver más de 4.056 millones de euros de esos créditos. Es una cifra importante, pero que supone tan sólo una pequeña parte del total de créditos impagados en el Estado español: 93.305 millones de euros a cierre de diciembre de 2009.

Tras dos ejercicios completos inmersos en la crisis económica y financiera, la dificultad de familias y empresas para hacer frente a sus deudas se ha agravado y ha repercutido de forma muy importante en las cuentas de las entidades. Pero sin restar importancia al efecto que los impagados está teniendo en los resultados de cajas y bancos y, sobre todo, en sus estrategias comerciales, el verdadero problema de la banca del Estado español está en el riesgo crediticio acumulado con el sector inmobiliario. Según los datos del Banco de España, los sectores promotor y constructor adeudan a bancos y cajas un total de 445.000 millones de euros, mientras que al finalizar 2009 la deuda total del sector residente era de 1,776 billones de euros.

La tasa de dudosos en el crédito concedido a los sectores vinculados con el negocio inmobiliario casi duplica la media y se sitúa en el 9,6%, lo que significa que el volumen de créditos cuya devolución es muy dudosa o improbable es de 42.720 millones de euros. Además, otros 62.000 millones -un 14% de la deuda total- están considerados como créditos subestándard, es decir, que ahora mismo están al corriente de pago, pero tienen un riesgo elevado de entrar en mora en el corto plazo.

El riesgo real El Banco de España acaba de cuantificar el riesgo que la banca tiene contraído con el ladrillo y en su último informe de estabilidad financiera afirma que ahora en el sistema financiero del Estado hay 42.800 millones de euros de crédito moroso a constructoras y promotoras, lo que equivale al 9,6% de la inversión total. A esa cifra hay que añadir otros 59.000 millones con consideración de subestándard y otros 59.700 millones de propiedades inmobiliarias con las que se han quedado las entidades. Además, el Banco de España cree que el sector ya acumula 4.000 millones de euros de fallidos. Sumado todo nos da la cifra de 165.500 millones de euros, que sería, según el supervisor financiero español, el riesgo que a día de hoy acumula la banca en los sectores vinculados a la construcción. Esa exposición potencialmente problemática cuenta con una cobertura específica del 35%. En realidad las provisiones dotadas por bancos y cajas para cubrir el aumento del riesgo por el ladrillo sumaban 42.300 millones de euros al cierre del ejercicio 2009.

Si nos ceñimos estrictamente al sector promotor, su tasa de morosidad supera ligeramente el 10%, lo que significa que 1 de cada 10 euros que los promotores inmobiliarios deben a la banca no se pagan y pasan a engrosar la cartera de créditos morosos. Según datos del sector, más de 58.000 empresas promotoras acaparan el 74% del crédito concedido y unas 23.500 de ellas están técnicamente en quiebra.

Pero el agujero que el sector del ladrillo ha generado en el sistema financiero del Estado español puede ser incluso más grande, ya que según algunas fuentes los créditos malos de las inmobiliarias rondan en estos momentos los 70.000 millones de euros. Además, recientemente el presidente de la Asociación Hipotecaria Española, Santos González, afirmó que los empresarios del sector inmobiliario deben a la banca 325.000 millones de euros y que no pueden hacer frente a estos créditos. Por su parte, el presidente del Consejo General de Cámaras de Comercio aseguró que las entidades financieras no podrán recuperar el 30% de la deuda que el sector inmobiliario tiene con ellas, lo que supone que unos 97.500 millones de euros no serán devueltos.

Previsiones Los expertos señalan que la tasa de morosidad de los sectores relacionados con el sector inmobiliario todavía podría ser mayor si las entidades decidieran no mantener durante más tiempo las políticas de refinanciación y conversión de deuda en patrimonio que han venido desarrollando desde que la crisis se agudizó.

Para evitar que su tasa de morosidad se disparase, muchas entidades financieras han optado por incorporar a sus balances los activos inmobiliarios utilizados como garantía de créditos, o hacerse cargo de parte del capital de empresas inmobiliarias a cambio del pago de deuda. Pero dentro de unos meses parte de esa solución temporal podría volver a ser un problema, ya que los créditos refinanciados en 2008 y 2009 vencerán en 2010 y 2011 y puede que entonces tampoco se pueda hacer frente a su pago. Tanto las entidades financieras como los expertos auguran que la morosidad continuará aumentando hasta finales de este año.

Hay más de 42.700 millones en créditos de devolución improbable o muy dudosa

Los sectores promotor y constructor adeudan a la banca 445.000 millones de euros

La morosidad podría seguir aumentando si no se refinancia y se asumen activos