Vitoria. La política energética del Gobierno Zapatero, más bien su inexistencia, y la falta de definición de un marco estable de regulación para la energía eólica a medio plazo es la gran responsable del parón de la inversión en el sector y es lo que ha obligado a Gamesa a presentar varios expedientes de regulación de empleo, incluido el de extinción de los 150 contratos de la planta navarra de Alsasua, según señaló ayer el presidente de la compañía vasca.

Jorge Calvet confirmó que la decisión de cerrar el centro de producción de palas de Alsasua "es irreversible" y que, en todo caso, se intentará recolocar a la mayor parte del personal posible. Por ahora, a la espera de la reunión que mantendrá el comité de empresa de la factoría navarra el próximo martes con la dirección de Gamesa, se especula con la posibilidad de que un 30% de la plantilla podría ser recolocada en las plantas de Imarcoain y Aoiz .

Calvet resaltó los efectos negativos para las energías renovables eólicas de la creación por el Gobierno español de un registro de pre asignación que ha generado una paralización del sector durante ocho meses hasta su resolución definitiva en diciembre pasado. La puesta en marcha de este nuevo marco regulatorio es lesivo, según fuentes del sector, para los intereses eólicos porque hay proyectos con gran parte de la inversión realizada que, dado que va a poder colocar un solo MW eólico más hasta 2013, sus promotores han paralizado órdenes de compra de aerogeneradores. Gamesa, según Calvet, también se ha visto perjudicado en los nuevos desarrollos de I+D porque no puede testar en condiciones reales los prototipos de su nuevo modelo de gran tamaño G 10X, de 4,5 MW de potencia, un gigante con una torre de 120 metros de altura y palas de 60 metros de longitud, pues en teoría no se podrían instalar hasta 2012; lo que conllevaría también la necesidad de deslocalizar el I+D+I.

Como se recordará, en diciembre se anunció el registro de 6.389 MW para ser instalados entre 2010-2012, como 4.500 ya están construidos, sólo algo más de 1.500 MW generarán actividad a la industria de aerogeneradores entre el 2010 y el 2011. Esto supone una reducción de la carga de trabajo para la industria de más de un 60%, lo que inevitablemente forzará cierre de instalaciones, con el efecto que eso tendrá además sobre proveedores locales. A la vista de esta coyuntura, el presidente de Gamesa, el tercer mayor constructor del mundo de aerogeneradores, que cuenta con tecnología propia y que está presente en dos de los mercados de mayor potencial futuro como son EEUU y China, insiste en solcitar un diálogo con la administración española para que se configure un nuevo plan de energías renovables, con un nuevo marco retributivo, que permita mantener las inversiones en el Estado

Eólica marina En cualquier caso, Calvet se mostró "muy pesimista" respecto a la evolución del mercado español eólico en los próximos meses. "No soy optimista ni para este año ni para el que viene", afirmó, aunque sí esperó una recuperación en los mercados mundiales para la compañía a partir de segundo semestre de 2010, de forma que en 2011 se recupere la producción hasta alcanzar cifras similares o superiores a 2008. La gran apuesta de Gamesa en los próximos meses se va a centrar en el negocio de la generación eólica marina. Para recuperar terreno a nivel tecnológico, la compañía está negociando un acuerdo con la empresa alemana Bard que tendrá que resolverse en marzo, aunque Calvet recordó que "somos los que más sabemos gestionar el viento en el mundo", va a ser un proveedor importante de aerogeneradores offshore, es decir, destinados a ser instalados en el mar, "con o sin Bard". La eólica marina estará controlada por las grandes eléctricas y Gamesa espera seguir de proveedor.