Vitoria. Los problemas de financiación están ralentizando, cuando no cancelando, la promoción de parques eólicos y el resultado es una caída importante de la demanda de aerogeneradores por lo que el fabricante vasco Gamesa comunicó ayer la presentación de cuatro expedientes de regulación de empleo a nivel estatal y el cierre de la planta navarra de Alsasua donde trabajan unos 150 operarios en la elaboración de palas en fibra de vidrio para el modelo G5 de 850 kw de potencia, un molino de viento de los considerados pequeños hoy en día pues la mayoría supera los 1,5 MW.
El descenso de la demanda de este aerogenerador, cuya familia cuenta con más de 7.000 unidades instaladas en todo el mundo, y el hecho de contar con otros cuatro centros de palas en el Estado, dos de ellas mucho más grandes que la planta vasca, parecen haber aconsejado su cierre.
La empresa que preside Jorge Calvet comunicó ayer a la CNMV la decisión firme de presentar en los próximos días, ante la Dirección General de Trabajo, un ERE, de carácter temporal (un máximo de 180 días), en cuatro centros así como el citado ERE de extinción de la actividad en Alsasua.
La regulación de empleo afectará a un colectivo de 362 trabajadores, de un total de 4.356 personas que integran la plantilla de Gamesa en el conjunto del Estado.
Por centros, la suspensión de los contratos afectaría a un total de 55 trabajadores de la factoría de Sigüeiro (A Coruña), a 60 en Tauste (Zaragoza), a otros 60 trabajadores en Miranda de Ebro (Burgos) y a 37, de la planta de Medina del Campo (Valladolid).
La extinción de la totalidad de los contratos de trabajo en Alsasua afectará a 150 trabajadores. Como se recordará, Gamesa tiene otras plantas en Euskadi entre ellas, una dedicada a la fabricación de torres, en Olazagutia (13.000 metros cuadrados), así como una planta de utillaje en Tajonar.
También dispone de otro centro de producción de palas, además del de Alsasua (19.000 metros cuadrados), en Tudela (9.600 metros). Fuentes de Gamesa, una de las cuatro mayores compañías del mundo en su sector, resaltaron ayer que las medidas de ajustes de capacidad son necesarias en un mercado europeo fuertemente contraído.
El cierre de la planta de Alsasua responde, según la firma participada por Iberdrola, a la sobrecapacidad productiva de Gamesa en el Estado, -cuya fabricación se destina a España y Europa- y a la necesidad de adaptar la producción a la demanda, en una coyuntura de fuerte contracción en Europa. En España, el sector eólico se encuentra prácticamente paralizado, por la creación del Registro de Pre Asignación, y Europa, en general, se resiente todavía de las restricciones al acceso de crédito, que ha paralizado numerosos proyectos.
Menos beneficios En la localidad de Alsasua, a estas circunstancias generales, se le suma la inviabilidad de la fabricación de otros productos futuros, por las dimensiones, pequeñas, del centro de producción. Gamesa obtuvo un beneficio de 114,66 millones de euros en el ejercicio 2009, un 64% menos que en el año anterior. El importe neto de la cifra de negocios ascendió a 3.187 millones, un 16% menos, mientras que el beneficio de explotación se redujo un 24%, hasta 173,3 millones. El beneficio procedente de operaciones continuadas se situó en 114,5 millones, un 36% menos, y el resultado antes de impuestos cayó un 33%, hasta 121,7 millones de euros.
Cabe destacar que la empresa bajó ayer casi un 5% en Bolsa y acumula un descenso del 20% este año, peor que el Ibex.