BRUSELAS. Los dieciséis países de la zona euro dieron hoy un mes de plazo a Grecia para que presente los primeros resultados de su plan de saneamiento de las cuentas públicas o le "impondrán" medidas adicionales que tendrá que "aceptar".
Sin embargo, en caso de que el plan de ajuste y las medidas adicionales demandadas por Bruselas (si hicieran falta), no lograran estabilizar la situación, los socios europeos no dejarán a Grecia a merced de "la voracidad de los mercados".
Éstas fueron las principales ideas que transmitió hoy el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, que se esforzó por lanzar un mensaje claro, tras las acusaciones de indefinición vertidas la semana pasada después de la cumbre de líderes, en la que se acordó que la Eurozona prestará apoyo, por definir, en caso de que Grecia continúe a la deriva.
Así pues, Juncker dijo que "Grecia es responsable de la consolidación de sus finanzas públicas" y confirmó que las autoridades helenas se han comprometido a tomar a mediados de marzo las medidas adicionales "que hagan falta" para lograr su objetivo de reducción de déficit de cuatro puntos porcentuales en 2010.
También lanzó un mensaje muy duro a los mercados, a los que dijo que "se equivocan si creen que pueden arrodillar a Grecia", "porque ésta se ha tomado muy en serio sus compromisos".
Según lo que Juncker explicó a la salida de la reunión mensual de los ministros de Finanzas de la zona de la moneda única, la secuencia pactada es la siguiente:
El próximo 16 de marzo, el Gobierno griego enviará a la Comisión Europea y al Banco Central Europeo un informe sobre los avances alcanzados durante este mes.
En caso de que el Ejecutivo comunitario y el BCE consideren insuficiente lo alcanzado, negociarán la adopción de medidas adicionales con el Gobierno griego y harán una propuesta formal, que será enviada al Eurogrupo.
Será entonces cuando los ministros de Finanzas de la zona euro podrán imponer al Gobierno griego la adopción de decisiones adicionales de consolidación de sus finanzas públicas y lo harán por mayoría cualificada, en una votación en la que Grecia no podrá participar.
Si, con todo y con eso, Grecia sigue siendo castigada por los mercados, "los miembros de la zona euro se comprometen a tomar medidas decididas y coordinadas para preservar la estabilidad financiera en el conjunto de la zona euro", aseguró Juncker.
En línea con la indefinición de que hicieron gala los líderes europeos en la cumbre de la semana pasada, Juncker no quiso precisar qué tipo de instrumentos se podrían en marcha, pues a su juicio no es "prudente discutirlos públicamente", pero aseguró que "si hacen falta instrumentos, los tendremos".
Juncker también entonó un "mea culpa" durante la rueda de prensa que siguió a la reunión del Eurogrupo, al reconocer que incurrió en un error en 2005, al no aprobar una propuesta para permitir que la oficina de estadística comunitaria, Eurostat, pudiera comprobar los datos económicos que envían los estados miembros, lo que habría evitado en parte la situación de Grecia.
"El Ecofin se equivocó al no aceptar una propuesta en 2005 de la CE, bajo presidencia mía. Pido disculpas al mundo entero por no haber podido evitar una mala decisión", dijo Juncker.
Juncker también dio la bienvenida al nuevo comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, el finlandés Olli Rehn, en sustitución del español Joaquín Almunia.
Rehn dijo con humor que el suyo "no ha sido un aterrizaje suave" y se comprometió a presentar en los próximos meses una propuesta para incrementar la coordinación de las políticas económicas en el seno de la unión económica y monetaria, con el objetivo de evitar las desigualdades macroeconómicas y de competitividad entre los estados miembros que han llevado a situaciones como la de Grecia.