GASTEIZ. Arriola ha hecho esta reflexión en la segunda mesa de trabajo para alcanzar un pacto social por la vivienda en Euskadi celebrada hoy en Gasteiz, en la que han participado unos 50 representantes de asociaciones de constructores, promotores, propietarios, ayuntamientos, sindicatos, partidos y arquitectos, entre otros.

El consejero ha recordado que una de las primeras medidas que adoptó su Departamento fue la puesta en marcha del programa de ayudas a la rehabilitación, de la que se beneficiaron 20.000 viviendas.

Según ha informado el Departamento vasco de Vivienda en un comunicado, de las cerca de 900.000 viviendas familiares que había en 2001 en la Comunidad Autónoma Vasca, 9.000 estaban en estado ruinoso, 18.000 se ubicaban en edificios en mal estado y otras 58.000 presentaban deficiencias.

Tras recordar que en Euskadi el suelo es un bien escaso, Arriola ha subrayado que el desarrollo urbanístico no puede crecer sin medida por lo que se debe apostar por "la renovación urbana y por poner en valor el parque edificado existente".

"Rehabilitar, regenerar y reaprovechar son los tres pilares sobre los que se tiene que asentar la nueva política de vivienda", ha afirmado el consejero, quien ha matizado que eso no quiere decir que se vaya a abandonar la construcción, sino que ambas políticas tienen que convivir.

Ha comentado que ello permitirá renovar viviendas deshabitadas, modernizar ámbitos degradados socialmente, además de contener la demanda de nueva vivienda y mejorar la accesibilidad y la eficiencia energética.

Arriola ha puesto de relieve que los agentes que han participado en esta segunda mesa de trabajo comparten estos objetivos, aunque ahora queda por definir los mecanismos y las herramientas de gestión adecuadas para ello.

"El horizonte de diez años para una política de rehabilitación es muy probable que se nos quede corto", ha advertido, ya que supone un cambio de modelo de gestión respecto a los últimos años.