LONDRES. La recesión económica ha sido "más efectiva" que la Policía a la hora de "poner freno" al flujo de entrada de inmigrantes en España, según afirma el semanario británico "The Economist" en su último número.

El artículo de la revista analiza la polémica generada después de que el Ayuntamiento de Vic (Barcelona) planteara negar la inscripción en el padrón municipal a los inmigrantes irregulares.

Según el semanario, la recesión "está poniendo a prueba la tolerancia española hacia una elevada inmigración" y cita a la líder del PP en Cataluña, Alicia Camacho, que dijo que "no hay suficiente espacio para todo el mundo".

Para "The Economist", un país como España, con cuatro millones de parados, es "una apuesta poco atractiva" para los inmigrantes, por lo que el número de extranjeros en edad de trabajar comenzó a caer en la segunda mitad de 2009 después de una década de llegadas.

El semanario explica las "argucias" de los ayuntamientos de Vic y Torrejón de Ardoz (Madrid) para evitar que los extranjeros se inscriban en el padrón, un trámite que garantiza a los inmigrantes el acceso a la sanidad y la educación.

"The Economist" cita a Convergencia i Unió de Cataluña (CiU) y al Partido Popular (PP) como partidos que "compiten para parecer más estrictos" en el control de la entrada de inmigrantes, que constituyen el 12 por ciento de la población española y "son responsables del éxito de la economía del país".

"La integración ha sido sólo un éxito parcial", afirma el semanario que sostiene que las perspectivas para los inmigrantes españoles "se han deteriorado drásticamente" ya que ese sector sufre una tasa de desempleo del 30 por ciento.

El artículo concluye afirmando que los españoles "no se muestran deseosos por mantener disputas sobre la inmigración" y señala que ni siquiera el PP, al contrario que otros partidos de derecha europeos, ha querido llevar la inmigración al debate político.

"Pero la recesión y la competición por encontrar trabajos -dice la revista- podría alterar este sentimiento".