Davos. La cuadragésima edición del Foro de Davos cerró sus puertas ayer sin consenso sobre la deseada reforma del sistema financiero que muchos gobiernos desean aplicar para evitar una nueva crisis mundial, y con advertencias de que los bancos están volviendo a las prácticas que la provocaron.

Con el mundo aún convaleciente de la profunda crisis financiera global, también planeó la idea de que no se deben echar las campanas al vuelo ante los indicios de recuperación económica.

Esta edición volvió a congregar a los invitados habituales: la flor y nata de las finanzas, las empresas, numerosos millonarios y responsables políticos, entre ellos una treintena de jefes de Estado o gobierno, que debatieron durante cinco días sobre cómo volver a un crecimiento económico sostenido.

Esta edición del Foro fue la del "estreno" del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien aseguró que España es un país "cumplidor" y lo defendió de las críticas que ha recibido por su alto déficit y desempeo.