madrid. El 75% de las trabajadoras ha sufrido problemas laborales por su maternidad, una decisión que las españolas están retrasando hasta conseguir un trabajo estable y que está implicando el envejecimiento de la población hasta el punto de poder comprometer el sistema de pensiones.

Así lo refleja el estudio Fecundidad y trayectoria laboral de las mujeres en España, presentado por la demógrafa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Margarita Delgado, quien ha reconocido "indudables" avances en la consecución de la igualdad, pero con "un coste que ha recaído principalmente en la mujer". Pese a que las españolas no renuncian a ser madres, sí han retrasado la edad de tener hijos y en un menor número hasta la consecución de un empleo estable, lo que sitúa a España, junto a Italia, entre los países europeos con una natalidad más baja de la Unión Europea.

En 1975 la tasa de natalidad en España alcanzó 2,8 por mujer fértil y hoy roza 1,4, lo que "está lejos de asegurar el reemplazo" generacional, dice Delgado, quien ha hecho el estudio basándose en una encuesta a 10.000 mujeres de entre 15 y 75 años del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en 2006. Todo ello "contribuye" al envejecimiento de la población española y altera significativamente la pirámide demográfica; aunque a corto plazo ello no implicará un "colapso" dado que la población activa es muy amplia y los dependientes no muy voluminosos, en el futuro sí puede ser "un poco comprometido" para el sistema de pensiones.

Aumentar la natalidad precisa no sólo de políticas públicas "más generosas" sino también de cambios en el mundo de la empresa, tanto del empleador como del empleado, y de un reparto más equitativo de las tareas domésticas, ha resumido Margarita Delgado.

De acuerdo con las conclusiones del estudio, las mujeres de entre 35 y 49 años con trabajo fijo tienen el primer hijo, de media, 3,7 años después de iniciar la convivencia, cifra que aumenta a 4,1 años entre las que trabajan en el sector público. El nivel de estudios también influye a la hora de adoptar esta decisión: cuanto mayor es la formación, mayor es la edad a la que se casan y a la que tienen el primer hijo.

Por otro lado, en todas las edades -de 15 a 75 años-, más del 75% de las mujeres que ha trabajado y ha sido madre dice haber vivido dificultades laborales o educativas relacionadas con la maternidad.

Un 3,7% de las mujeres de entre 65 y 74 años afirma que sufrió discriminación en su trabajo a consecuencia de ser madre, esta cifra aumenta al 6,9% entre las mujeres de 50 a 64 años, al 8% entre las de 35 y 49 años y al 9,6% para las que tienen entre 20 y 34 años.