madrid. Los países de la UE aparcaron ayer los intentos de negociar individualmente con General Motors el futuro de las fábricas de su filial europea Opel y acordaron dar una respuesta coordinada la próxima semana al plan de reestructuración de la empresa. Los responsables de Industria de los países tomaron esta decisión tras reunirse en Bruselas, invitados por el comisario del ramo, Günter Verheugen, quien les reiteró la necesidad de que las subvenciones estén basadas en criterios "objetivos" y no condicionadas al mantenimiento del empleo en uno u otro país. "Esto es esencial para evitar una carrera de ayudas entre estados miembros", dijo la Comisión Europea en un comunicado enviado tras el encuentro. "Es muy importante que GM sepa que Europa reaccionará de una manera coordinada y no individual", destacaron.

La dirección de la empresa tiene previsto presentar a finales de esta semana su proyecto de reestructuración, que los responsables de Industria nacionales han convenido en estudiar conjuntamente el próximo 4 de diciembre. La compañía calcula en 3.500 millones de euros la inversión necesaria para que las factorías del viejo continente alcancen la rentabilidad en 2012 Según informaciones difundidas en la última semana, GM baraja reducir un 20% la capacidad de producción europea de Opel y recortar entre 9.000 y 10.000 empleos, de los 50.000 que tiene.

El ministro de Industria de España, Miguel Sebastián, no acudió al encuentro por problemas de agenda, aunque el viernes se reunió con GM en Madrid y auguró un futuro "prometedor" a la planta que Opel tiene en la localidad zaragozana de Figueruelas. Magna se había comprometido a mantener una capacidad de ensamblaje de 478.000 vehículos en Figueruelas, además de asignarle la fabricación de nuevos modelos.