Donostia. ¿Esperaba el escepticismo mostrado por los partidos políticos a la propuesta hecha pública por la izquierda abertzale en Alsasua?

Las reacciones que ha habido no han sido imprevistas. Todos estamos viviendo que el debate político se está moviendo y que ha generado expectativas en la sociedad. A partir de ahí, cuando hablamos de propuestas, de apuestas de calado, en este caso de la izquierda abertzale, hay posiciones públicas ante las cuales tenemos que demandar menos debate mediático y más debate entre los agentes políticos y dentro de ellos. La iniciativa de la izquierda abertzale sí puede y sí debe, y nosotros estamos seguros de que va a generar nuevos escenarios en Euskal Herria. En cualquier caso, como sindicato, observaremos y cuando se nos pregunte participaremos.

¿Hay unidad interna en la izquierda abertzale en torno a esa propuesta?

Se ha abordado un debate interno, que se ha hecho público, pero todavía no ha culminado.

¿Y cuál es la posición que puede mantener ETA ante esta iniciativa de calado que se está planteando?

LAB se ha posicionado, ha abierto una dinámica que se concreta en llamar a los trabajadores a participar en el debate. Y nosotros hablamos sobre eso. Yo no sé que va a pasar con esa propuesta. La izquierda abertzale tendrá que adoptar sus decisiones. Yo no creo que sea tanto esperar o prever ese escenario, sino que lo que la izquierda abertzale está abordando es cómo generamos un escenario, donde superando esas realidades, de verdad, se concrete, se pueda poner en marcha y desarrollar un proceso democrático. La izquierda abertzale está haciendo apuestas, está debatiendo con toda su base social sobre el camino que hay que hacer y nosotros esperaremos a ver qué frutos da.

¿Teme que el sindicato LAB pueda ser ilegalizado?

El carácter antidemocrático del Estado te obliga a no descartar ningún escenario. Y que Rubalcaba diga "por ahora no es el momento de ilegalizar LAB" nos hace pensar que, por ahora, sigue siendo el cálculo político de Rubalcaba y del PSOE el que decide qué se tiene que ilegalizar y qué no. No es un escenario descartable, porque le ha ocurrido a otras organizaciones tan democráticas como LAB.

¿Cree que la presión internacional puede empujar a José Luis Rodríguez Zapatero, como presidente de turno de la UE, para abrir un nuevo proceso de paz?

La comunidad internacional tiene un papel importantísimo, pero yo no me atrevo a especular sobre la posición del Gobierno. Zapatero ha dicho que descarta dar pasos para generar una nueva realidad en Euskal Herria. Además, creo que donde está la clave no es en la iniciativa del Gobierno español, sino en lo que decidan los agentes políticos, económicos y sociales de Euskal Herria.

¿Si ETA asumiera los Principios Mitchell

Yo no puedo especular. Yo lo que entiendo es que el diálogo y la negociación no tienen alternativa ni para unos, ni para otros. Por lo tanto, desde esa posición, demandamos que se apueste por esa vía.