Fernando Gimeno

yeda (Arabia Saudí) - El primer rally Dakar en Arabia Saudí arranca hoy con Fernando Alonso como el centro de atención de todas las miradas, pendientes del debut del primer campeón de la historia de la Fórmula 1 que se atreve a correr el rally más duro del mundo.

La presencia de Alonso ha dejado casi en segundo plano el nuevo escenario del Dakar, que tras once años en Sudamérica llega a Arabia Saudí, donde la organización ha pedido a los participantes no mostrar mensajes políticos ni realizar muestras de afecto en público para no contravenir las conservadoras costumbres locales.

La expectación sobre el asturiano es máxima al pilotar un Toyota Hilux, el coche ganador del último Dakar, y tener de copiloto al pentacampeón del rally en motos Marc Coma, quien pondrá al servicio del asturiano toda su experiencia en navegación.

Sin embargo, sus opciones de victoria son reducidas al tratarse de su primera experiencia en el raid frente a rivales de la talla del vigente campeón, el qatarí Nasser Al Attiyah, que pilota el Toyota Hilux, el mismo coche de Alonso, y es el principal favorito para volver a ganar.

La incursión del ovetense hace que este sea un Dakar histórico para España al reunir a sus dos máximas leyendas de automovilismo, pues Carlos Sainz afrontará a sus 57 años su 13º Dakar, el segundo al volante del buggy de Mini, con la ilusión de obtener su tercer título.

En coches también volverá a competir el incombustible Joan Nani Roma, quien fue segundo el año pasado con un 4x4 de Mini, pero esta vez concursará con Borgward, un coche a priori sin opciones de estar en la pelea por la victoria final.

En total serán más de 540 participantes los que tomarán hoy la salida del Dakar 2020 desde Yeda, la principal ciudad financiera de Arabia, para recorrer el territorio saudí de arriba a abajo en 13 etapas que culminarán el 17 de enero en Qiddiya, el gran complejo de ocio que se construye a las afueras de Riad.

doce mujeres, cuatro españolas Solo habrá 12 mujeres en carrera, apenas un 2,10 % del total de los concursantes para un país donde hasta hace año y medio las mujeres tenían prohibido conducir. Una tercera parte de ellas son de España, entre las que no falta Laia Sanz. La catalana afronta su décimo Dakar con el objetivo de llegar a la meta a ser posible entre los quince primeros y agrandar su récord de cero abandonos.

Por delante tienen más de 7.800 kilómetros de recorrido, de los que más de 5.000 serán cronometrados, pero con novedades que hacen a la prueba más igualada y aún más dura.

Por primera vez se entregarán roadbooks (hojas de ruta) en color antes de la salida de las etapas para evitar la intervención de los mapman, especialistas a sueldo de los equipos más potentes que repasan la ruta y dan indicaciones adicionales a los pilotos, lo que está prohibido por las normas de competición.

En motos no hay un favorito Las motos, donde estas prácticas fueron descubiertas el año pasado al piloto argentino Kevin Benavides, continuarán como la categoría más abierta del rally, con más de una decena de pilotos con opciones de subirse a lo más alto del podio. La incógnita será conocer si KTM mantendrá su hegemonía desde hace 18 años.

La corona en las dos ruedas la defenderá el australiano Toby Price (KTM) frente a sus compañeros de equipo. Para destronar a la marca austríaca estarán el español Joan Barreda (Honda) y el francés Adrien van Beveren (Yamaha), con ganas de resarcirse de los infortunios que les han impedido ganar en los últimos años.

En cuanto a los UTV (buggys ligeros) prometen mucha emoción con el chileno Francisco Chaleco López como defensor del título al que aspiran arrebatarle el español Gerard Farrés, el brasileño Reinaldo Varela y el francés Cyril Despres, pentacampeón del Dakar en motos, que se inscribió a última hora.